II. Introducción
La Cumbre sobre Desarrollo Social, llevada
a cabo en Copenhague 1995, constituye hasta ahora el mayor encuentro
de jefes de Estado, únicamente superado por la reciente Asamblea
del Milenio. De esta Cumbre, surgió un paquete de 10 importantes
compromisos en lo que hace al desarrollo social y económico.
Sin embargo estos compromisos no fueron acompañados por recursos
o mecanismos para su implementación y seguimiento de igual
envergadura.
Dentro del sistema de las Naciones Unidas, se identificó
a la Comisión sobre Desarrollo Social (CDS) como uno de los
organismos políticos claves para efectuar el seguimiento
de la implementación de los acuerdos de la Cumbre Social.
Consecuentemente, se transfirió el Secretariado de la CDS
de Viena a Nueva York, se aumentó el número de miembros
de éste y se fijaron encuentros anuales suplantando las habituales
reuniones bianuales.
Este proceso de transición encontró grandes desafíos
como por ejemplo, el hecho que el Secretariado no contara con un
Director hasta más de un año después de la
CMDS. Además, la Comisión, que tradicionalmente se
centraba en temas de bienestar, tuvo que cambiar radicalmente su
mandato y el alcance de su trabajo, para acompasar la meta más
ambiciosa de erradicación de la pobreza acordada durante
la Cumbre Social.
Desde la perspectiva de las ONG, más que cualquier otra conferencia
de Naciones Unidas que pertenecía a reconocidos
movimientos sociales (como por ejemplo el movimiento ambientalista
que se movilizó en torno a la Cumbre para la Tierra, el movimiento
de Derechos Humanos de Viena, y los movimientos de mujeres para
la Conferencia de Población y la de Mujeres), la Cumbre Social
careció de una fuerte representación de organizaciones
de la sociedad civil. Las ONGs activas en el proceso del Cónclave
de Desarrollo de la Cumbre Social discutieron la necesidad de llenar
ese vacío por medio del establecimiento de un sistema para
monitorear a sus gobiernos en la implementación de los compromisos
de la Cumbre Social; en especial, el histórico compromiso
de la erradicación de la pobreza como un imperativo
ético, social, político y económico de la humanidad.
Control Ciudadano fue entonces creado con este objetivo.
Durante los últimos 5 años, Control Ciudadano se ha
vinculado con coaliciones existentes y se ha expandido incluyendo
NGOs de más de 50 países.
A través de evaluaciones de la performance de los gobiernos
por parte de ONGs independientes, guiadas por un innovativo instrumento
de estadística para medir el progreso hacia los compromisos
establecidos, Control Ciudadano no sólo ha influenciado el
proceso de seguimiento de la CDS sino también debates internacionales
claves sobre desarrollo. Por ejemplo, el Banco Mundial y el Fondo
Monetario Internacional hacen referencias explícitas a los
objetivos de la Cumbre Social en sus mandatos, los que a su vez
guían sus nuevas políticas.
Los compromisos de la Cumbre Social constituyen también la
base de otras organizaciones internacionales para el desarrollo
incluyendo la Organización para la Cooperación y el
Desarrollo Económico.
A 5 años de Copenhague, la lucha contra la pobreza es actualmente
el centro del debate internacional sobre el desarrollo. La Asamblea
del Milenio ha establecido metas para la reducción de la
pobreza, la Organización Mundial del Comercio sostiene que
la Ronda del Milenio sobre negociaciones de comercio,
es esencial para la mejora del grupo de los países menos
desarrollados; y las instituciones Bretton Woods reclaman transformar
su enfoque de ajuste estructural hacia estrategias para la reducción
de la pobreza. Por otro lado, nuevas y vibrantes coaliciones como
Jubileo y ATTAC han emergido con propuestas de cancelar las deudas
y el control de flujos de finanzas, como ejemplos de cambios en
las políticas que ayudarían a reducir la pobreza.
Organizaciones y movimientos populares del Norte se están
movilizando en torno a temas de desarrollo y a aquellos que atañen
al Norte-Sur; los gobiernos del Sur están desarrollando coaliciones
de un modo nunca antes visto desde el debate de mediados de los
setentas sobre el Nuevo Orden Económico, y la
globalización se encuentra en el centro de un acalorado debate
en todo el mundo.
El ambiente nacional e internacional que Control Ciudadano busca
influenciar en los años venideros presenta nuevos desafíos
y oportunidades distintas a aquellas que prevalecían cuando
fue creado en 1995.
Por lo tanto Control Ciudadano se embarcó en la tarea de
auto-revisar sus primeros 5 años y re-evaluar su razón
de ser inicial y las actividades relacionadas como un modo de analizar
el pasado a la vez que prepararse para su rol futuro.
Nos vimos congratuladas por haber sido elegidas por Control Ciudadano
para llevar a cabo esta evaluación dado la naturaleza única
y compleja de la iniciativa.
Habiendo trabajado personal y profesionalmente con organizaciones
de mujeres y de desarrollo, a nivel local e internacional, nos importan
profundamente los temas que desarrolla Control Ciudadano y cómo
esta iniciativa puede ser fortalecida. En un creciente ámbito
global donde las disparidades en el ingreso y el bienestar se hacen
cada vez mayores, y las organizaciones multilaterales influencian
las políticas de desarrollo nacionales, el rol crítico
de Control Ciudadano no puede ser subestimado.
[2]
De un total de 149 individuos involucrados con Control Ciudadano
en diferentes grados. Cada entrevista llevó desde 45 minutos a varias
horas de duración. Se realizaron basicamente en inglés, sin embargo
una de ellas se realizó en francés y otras 3 en español contando
con la presencia de un traductor.
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