EL ÍNDICE DE CAPACIDADES BÁSICAS:
una medida de “dignidad para todos”
Hay muchas formas de definir la “pobreza” y también muchas de medirla. La forma en que una sociedad establece cuáles de sus miembros son “pobres” es un concepto relativo, que cambia con el tiempo pero que, por lo general, expresa la insuficiente satisfacción de un conjunto de necesidades básicas que incluye vivienda, ropa, educación, acceso a servicios médicos y sanitarios, alimentación y recreación. Es así que la falta de un televisor puede ser, en muchos lugares, un factor que determina que una familia sea pobre, mientras que hace 50 años poseer un televisor manifestaba lujo.
Si bien el no poder satisfacer algunas de las necesidades básicas en forma digna determina que un hogar sea pobre, la incapacidad de alcanzar un consumo diario mínimo de alimentos establece la condición de “pobreza extrema” o “pobreza absoluta”. Sobre la base de investigaciones empíricas llevadas a cabo hace un par de décadas, el Banco Mundial estableció que el ingreso diario equivalente a un dólar al día era la línea universal que determinaba la pobreza extrema.
Los indicadores de pobreza basados en el ingreso son muy difíciles de calcular, ya que exigen exhaustivas y costosas encuestas de hogares. Asimismo, en los países con bajos ingresos es más grande la economía informal y no monetaria, así como mayores los sectores sociales vulnerables. En especial quienes viven fuera de las grandes ciudades tienden a satisfacer una proporción mayor de sus necesidades por fuera de la economía de mercado, lo que hace aún más difícil estimar los ingresos y efectuar comparaciones internacionales. Incluso cuando existen tales estimaciones, es extremadamente difícil evaluar su evolución en el tiempo, siendo que transcurren muchos años entre una encuesta y otra.
Así, por ejemplo, antes de la gran encuesta mundial sobre la pobreza de ingresos desarrollada en 2005, las estimaciones con respecto a la línea de pobreza de un dólar se basaban en encuestas llevadas a cabo en 1993 para la mayor parte de los países y en 1985 para India, mientras que no se había realizado con anterioridad ese tipo de estudio en China y todas las cifras para el país más populoso del mundo eran apenas suposiciones.
Por otra parte, como las definiciones de pobreza de ingresos basadas en encuestas de hogares expresan, por lo general, promedios nacionales, son inútiles para el análisis de las variaciones de nivel de pobreza entre provincias o municipalidades. Cuando las organizaciones de la sociedad civil monitorean las políticas sociales, como lo hacen las coaliciones nacionales de Social Watch en todo el mundo, las tendencias son aún más importantes que los números absolutos. ¿La pobreza aumenta o disminuye? ¿La tendencia es más rápida o más lenta que en los países vecinos? ¿Y qué ocurre en las provincias vecinas?
Así, Social Watch desarrolló el Índice de Capacidades Básicas (ICB) como un instrumento para monitorear la evolución de los indicadores sociales básicos y efectuar comparaciones entre y dentro de países sin usar estadísticas de ingresos*.
Estos indicadores refieren a diferentes áreas que conciernen a los objetivos de desarrollo acordados internacionalmente (educación, salud infantil y salud reproductiva). Al no usar los ingresos como indicador, el ICB es consecuente con una definición de la pobreza basada en las capacidades y (la negación de) los derechos humanos. A su vez, el índice es relativamente fácil de calcular a niveles subnacional y municipal.
El ICB es un promedio simple de tres indicadores: el porcentaje de niños que llegan a 5° grado de enseñanza primaria, sobrevivencia hasta los 5 años (en base a la mortalidad de menores de 5 años), y el porcentaje de partos asistidos por personal especializado. |
Por ser un índice resumen, el ICB proporciona un panorama general constante de la situación de la salud y del desempeño educativo básico de la población. También se ha demostrado en estrecha correlación con las mediciones de otras capacidades humanas relativas al desarrollo social de los países. El índice hace posible asignar un valor a cada país y compararlo con otros, o evaluar su evolución en el tiempo.
Los valores del ICB alcanzan el máximo nivel posible cuando todas las mujeres reciben asistencia médica durante el parto, cuando ningún niño deja de ir a la escuela hasta completar el quinto grado y cuando la mortalidad infantil es menor a cinco muertes cada mil niños nacidos vivos, que parece ser el nivel mínimo alcanzable. Estos indicadores están estrechamente asociados a las capacidades mínimas que los integrantes de cualquier sociedad deben tener y que se refuerzan mutuamente. Se enfocan, en forma especial, en capacidades que incorporan a los miembros más jóvenes de la sociedad y reflejan preocupación por el bienestar de la mujer, fomentando así el desarrollo futuro.
Un valor de ICB de 99+ significa en lo esencial que prácticamente todos los habitantes del país gozan del beneficio de educación y salud muy básica y de servicios sanitarios. Ya que un ICB alto solo se puede lograr si no existe la desnutrición (ni de niños ni de madres) y cuando se goza de vivienda y saneamiento básicos, en Social Watch se considera que un valor ICB cercano al máximo es sinónimo de la “dignidad para todos” que pretende alcanzar la Declaración Universal de los Derechos Humanos. Tal dignidad no es el objetivo del desarrollo social sino un punto de partida necesario para su logro.
Así, el ICB no es muy útil para distinguir entre países que han alcanzado los estándares sociales mínimos, pero resulta de mucha utilidad para evaluar la situación y tendencias cuando prevalecen niveles comparativamente altos de pobreza.
* La formulación actual del ICB fue elaborada por el equipo de investigación de Social Watch, sobre la base de una idea desarrollada primero como “Índice de Calidad de Vida” por Action for Economic Reforms para la coalición de Social Watch en Filipinas. Éste, a su vez, se inspiró en la Medida de Pobreza de Capacidades (MPC) propuesta por el Profesor Amartya Sen y popularizada por el Informe de Desarrollo Humano del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD). La explicación metodológica detallada, y los cuadros completos sobre los que se basa el ICB, se encuentran en www.socialwatch.org.
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