14/09/2006
CARTA A LAS AUTORIDADES DEL FMI-BM DEL COORDINADOR DE SOCIAL WATCH
Roberto Bissio
Social Watch
Dado el grave daño a la credibilidad de sus organizaciones que significa el incumplimiento del acuerdo con el país anfitrión, estoy convencido de que deben considerar posponer la totalidad del evento y trasladarlo a un lugar más conveniente.
Montevideo, 13 de setiembre
de
2006
Señor Rodrigo
de Rato
Director Gerente,
Fondo Monetario Internacional
Sr.
Paul Wolfowitz
Presidente, Banco Mundial
Estimado Sr.
Rato, Estimado Sr. Wolfowitz,
En
pocas horas estaré tomando un avión a los efectos de participar en la asamblea
anual de las instituciones financieras internacionales que ustedes presiden. En
varias oportunidades en el pasado he participado en dichas asambleas como
representante de la sociedad civil. Sin embargo, viajar hoy no es una ocasión
agradable u honorable para mí, debido a las dudas en cuanto a si seré bien
recibido por el país anfitrión, sobre las posibilidades de llevar adelante mi
trabajo como observador de la asamblea y comprometerme en diálogos
significativos con las autoridades financieras del mundo, y por último, pero no
menos importante, mi propia seguridad.
Como
seguramente ustedes saben, varios colegas de organizaciones no gubernamentales y
un periodista, todos debidamente acreditados para participar en la asamblea han
sido deportados por el país anfitrión o se les ha negado autorización para
ingresar, en una decisión unilateral y arbitraria de las autoridades locales, en
una violación flagrante del acuerdo con el país anfitrión.. He oído que ustedes
han protestado por estos procedimientos, pero estoy sorprendido por su
inhabilidad para asegurar la integridad de la asamblea que ustedes presidirán.
Cada una de las miles de personas participantes en la asamblea anual tiene un
rol, ya sean ministros de finanzas, miembros de los gobiernos, periodistas o
modestos delegados de organizaciones de la sociedad civil. Si uno solo de ellos
es impedido de ingresar, todo el sistema es cuestionado. Si una voz es
silenciada o amenazada hoy, quien puede asegurar que cualquier persona,
incluidos ustedes, hablará libremente mañana, cuando las decisiones claves que
afectarán a millones de personas viviendo en la pobreza sean tomadas?
Dado el
grave daño a la credibilidad de sus organizaciones que significa el
incumplimiento del acuerdo con el país anfitrión, estoy convencido de que deben
considerar posponer la totalidad del evento y trasladarlo a un lugar más
conveniente. El inconveniente sería menor comparado con el poderoso mensaje que
ese gesto transmitiría en defensa de la democracia y los derechos humanos.
Ustedes tendrían la oportunidad de corregir el error de haber recomendado como
“amigable para los negocios” a un país donde los derechos básicos no son
respetados y donde ni siquiera el compromiso asumido con ustedes de tratar a sus
invitados con respeto tiene más valor que el papel donde fue firmado. ¿O
ustedes permitirán, inclusive alentarán, al público a pensar que lo que es bueno
para los negocios puede no ser bueno para los ciudadanos comunes? Esa confianza
y cumplimiento de las reglas, que se supone debería ser la base de las finanzas
sólidas, ¿puede ser abiertamente violada en la cara de las propias instituciones
que tienen la confianza del público internacional en asuntos financieros?
He sido
invitado a acompañar un boycott y a no participar de sus asambleas. Me rehúso a
hacerlo, ya que la razón para participar es precisamente, el lanzamiento público
del informe Social Watch 2006 sobre la arquitectura financiera internacional,
que presenta la investigación de coaliciones de ciudadanos de mas de 50 países,
sobre cómo la arquitectura financiera global no está funcionando para los pobres
y cómo rediseñarla. Mientras mi inclinación personal es a acompañar a mi
coalición y a los colegas periodistas que están sufriendo la persecución
política, mi obligación es dar voz a las preocupaciones de los grupos de
ciudadanos que me mandataron para presentar a ustedes los resultados de sus
investigaciones y discutirlas con los representantes de vuestras organizaciones.
No hacerlo agregaría autocensura a la censura que ya está teniendo lugar y sobre
la que creo (y no ingenuamente, espero) que ustedes todavía tienen el tiempo y
el poder de evitar.
Quisiera finalizar esta carta deseándoles éxito en la agenda relevante y
sustancial de las reuniones de la Junta de Gobernadores en los próximos días,
que es la tarea histórica de ayudar a salir de la pobreza a millones de mujeres
y hombres. Para que esta tarea resulte exitosa, es necesaria vuestra acción
inmediata para asegurar que sus propias reglas y credibilidad sean respetadas.
Hacerlo
les dará el reconocimiento de incluso sus críticos más severos. Ser vistos como
cómplices de la censura no les hará a ustedes ni a las instituciones que
presiden ningún favor.
Cordialmente,
Roberto
Bissio
Coordinador
Social Watch
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