1997
La iniciativa 20/20 es un trampolín
Caroline Wildeman
NOVIB. Agencia holandesa de Cooperación al Desarrollo.
La Iniciativa 20/20 es un intento de
poner la meta del acceso universal a los servicios sociales básicos al alcance
de las personas que viven en la pobreza. Adoptada oficialmente por los jefes de
Estado durante la Cumbre Mundial para el Desarrollo Social (CMDS) en marzo de
1995, busca establecer un contrato entre países donantes y receptores por el
cual el 20% de la Ayuda Oficial para el Desarrollo (AOD) y el 20/ del gasto
público del país receptor, se utilicen para servicios sociales básicos. La
iniciativa es un instrumento importante para re-orientar la cooperación
internacional hacia el apoyo a la inversión social básica en los países en
desarrollo. Es, además, una forma de alentar la reestructura de los presupuestos
públicos de dichos países hacia la provisión de prioridades de orden social.
Si bien el concepto ha sido
acordado, la implementación se está procesando todavía.
Un poco de historia
La iniciativa 20/20 fue elaborada
por las agencias especializadas de la ONU como resultado del reconocimiento de
que no es posible el desarrollo sustentable sin una inversión adecuada en los
servicios sociales de cada país. En 1991 el Informe de Desarrollo Humano del
PNUD recomendó que los gobiernos dirigieran la mitad de sus gastos sociales
hacia las prioridades humanas. Se definió a éstas como educación básica, salud
básica, acceso a agua potable, eliminación de la malnutrición y acceso a la
planificación familiar. En tanto se asumía que los gastos sociales representan
un 40% del presupuesto público, la mitad de esto implicaría gastar un 20% en
servicios sociales básicos. Al año siguiente, el Informe de Desarrollo Humano
recomendó que los donantes comprometieran por lo menos el 20% de sus
presupuestos de ayuda para las prioridades humanas. La UNICEF vinculó ambas
recomendaciones en su informe 1993 sobre situación mundial de la infancia, y se
estableció así la iniciativa 20/20 que fue adoptada en 1995 en Copenhague.
En su estado actual, la iniciativa
pretende movilizar los recursos necesarios a nivel nacional para lograr las
metas aceptadas internacionalmente, a las cuales se comprometió ya la comunidad
mundial durante la década de los 90: en la Conferencia Mundial sobre Educación
Básica para Todos (1990), en la Cumbre Mundial sobre la Infancia (1990), en la
Conferencia de Naciones Unidas sobre Medio Ambiente y Desarrollo (1992), la
Conferencia sobre Derechos Humanos (1993), la Conferencia Internacional sobre
Población y Desarrollo (ICPD), la Cumbre Mundial para el Desarrollo Social
(1995), la Cuarta Conferencia Mundial sobre la Mujer (1995) y la Conferencia de
Habitat (1996). Las metas sociales formuladas en estas conferencias incluyen:
-
Acceso universal y ciclo completo
de la educación primaria.
-
Reducción a la mitad de los
niveles de analfabetismo de 1990, con énfasis en reducir la disparidad entre
tasas de analfabetismo para hombres y mujeres.
-
Reducción de la malnutrición tanto
severa como moderada, entre niños menores de 5 años, a la mitad de los niveles
de 1990.
-
Reducción a la mitad de la tasa de
mortalidad materna de 1990.
-
Reducción de la mortalidad en
lactantes y menores de cinco años en un tercio en relación con su nivel de
1990, o hasta entre 50 y 70 por mil nacidos vivos, si esta cifra es más baja.
-
Atención a la salud reproductiva,
incluyendo información y servicios de planificación familiar, al alcance de
todos los individuos y parejas.
-
Acceso universal al agua potable y
saneamiento seguro.
La CMDS fue una especie de
catalizador de estas metas. Fue en esta Cumbre que se formuló la iniciativa
20/20.
También en la siguiente cumbre de la
ONU, la Cuarta Conferencia Mundial sobre la Mujer (Beijing) la iniciativa 20/20
fue reconfirmada agregándosele perspectiva de género: Para facilitar la
implementación de la Plataforma de Acción, los países desarrollados y países en
desarrollo interesados que acuerden un compromiso mutuo de destinar,
promedialmente, el 20% de la AOD y el 20% del presupuesto nacional a programas
sociales básicos, deberán tomar en cuenta una perspectiva de género. (PFA
párrafo 358, cap. 6, p. 175)
Las ONGs pensaron que con el
reconocimiento oficial de la iniciativa 20/20 podía producirse un avance
decisivo hacia objetivos sociales de larga data. Consideraron que el logro de
las conferencias sociales era que la erradicación de la pobreza se volviera una
cuestión importante en la agenda política internacional. El resultado fue que se
llegó a un amplio consenso en cuanto a que las políticas sociales están ligadas
a las políticas económicas. La CMDS produjo nuevos patrones internacionales para
la erradicación de la pobreza. Se reconoció oficialmente que una reducción
duradera de la pobreza sólo podía alcanzarse empoderando a hombres y mujeres que
viven en ella a través de una mejora de la inversión en sus capacidades básicas.
La realización de la equidad e igualdad de género exigirá que el acceso a los
servicios sociales básicos sea universal.
El consenso de la CMDS sobre
políticas sociales está incorporado en los objetivos y metas acordados o
reafirmados en algunos de las programas nacionales de acción preparados por los
países en desarrollo como seguimiento de esas conferencias, así como en las
prioridades establecidas por las principales agencias internacionales,
incluyendo al Banco Mundial, y en una serie de declaraciones de donantes. Los
países donantes han reafirmado también esto en un documento sobre la visión y
metas para el siglo 21 preparado por la reunión de alto nivel de la Comisión de
Asistencia al Desarrollo (CAD) en mayo de 1996, Shaping the 21st Century: the
Contribution of Development Co-operation. En este documento los países donantes
se comprometieron a metas específicas de desarrollo social.1
La reunión de Oslo
Entre el 23 y el 25 de abril de 1996
se llevó a cabo en Oslo una reunión sobre la iniciativa 20/20 con representantes
de los gobiernos. La razón de ser de esta conferencia fue considerar formas de
implementar la iniciativa como uno de los resultados concretos de la Cumbre
Social. Concurrió un gran número de altos funcionarios de gobierno de 22 países
en desarrollo, 26 países donantes, 10 organizaciones multilaterales y
observadores de 14 organizaciones no-gubernamentales. En esta conferencia se
adoptó el "Consenso de Oslo sobre la Iniciativa 20/20", que proporciona un punto
de partida que es bueno y concreto, para la implementación de la misma.2
Los dos resultados más importantes
fueron los consensos sobre la definición, y sobre las formas de implementación.
Dentro del contexto de la iniciativa, la reunión entendió que los servicios
sociales básicos incluyen atención primaria de la salud, programas de nutrición,
población, salud reproductiva, salud ambiental con agua potable, saneamiento y
educación básica, y también la capacidad institucional para proporcionar estos
servicios. El acceso a ellos debe ser universal, y a su vez dirigirse a los
sectores más pobres y vulnerables.
Hubo visiones diferentes sobre si la
asistencia humanitaria post-crisis, el techo y la generación de ingresos debían
o no incluirse en la 20/20. El propósito del 20/20 es proporcionar acceso
universal a los servicios sociales básicos. La asistencia humanitaria
post-crisis es de orden temporario. El Programa de Acción de la Cumbre Social,
sugiere que además del acceso universal a los servicios sociales básicos, el
acceso al techo, al empleo y a la participación en la vida social y cultural,
son necesarios para cubrir las necesidades humanas básicas y deben ser parte,
por lo tanto, de los planes nacionales de erradicación de la pobreza. La
inclusión del techo se discutió durante la conferencia de Oslo. Se anotó que en
este caso el gobierno juega un papel menos directo en el financiamiento y
satisfacción de las necesidades. La participación del sector privado y las
comunidades locales en la provisión del techo es mucho más importante de lo que
lo es en el caso de los servicios sociales básicos. La otra razón para no
agregar, por ejemplo, la provisión de apoyo a los ingresos de los sectores
pobres, incluyendo programas de alimentos por trabajo, y otros dirigidos
directamente a las mujeres, es que ampliar la gama de servicios sociales básicos
implicaría que entonces se necesiten más recursos.
¿Por qué 20/20?
La iniciativa 20/20 fue adoptada
como parte integral de una estrategia internacional para erradicar la pobreza.
Se llegó a la cifra del 20% como un estimativo grueso. Según los estimativos
existentes, el logro del acceso universal a los servicios sociales básicos
exigiría un gasto adicional de unos $30 billones a $40 billones anuales por el
resto de la década. Más allá de ese período, será necesario aún más gasto
adicional. Algunas de las organizaciones de la ONU reunidas, han llegado a un
estimativo preciso de los costos extra. El Cuadro 2 desarrolla cómo se llegó al
estimativo de los costos extra para lograr servicios sociales básicos. El Dr.
Richard Jolly, asesor especial para el PNUD lo expresó de esta manera: "La 20/20
es una pauta aproximada, basada en promedios gruesos. Cada país debe calcular en
su situación particular, cuáles son los recursos exactos que necesita para
progresar en las metas de servicios sociales básicos para todos dentro de los
próximos 5 a 15 años. Sin embargo, aún como pauta muy general, la 20/20 sugiere
la necesidad de una prioridad presupuestal considerable a los servicios sociales
básicos, y muestra que las metas son factibles en lo financiero, con un grado
razonable de reasignación de gastos de gobierno y de ayuda. Gruesos como son,
los cálculos son de gran significación práctica."
Hasta el momento, la información
disponible permite sólo una evaluación aproximada de las proporciones de los
presupuestos y de la AOD que son destinados a los servicios sociales básicos.
Esta indica que la tasa mundial es de aproximadamente 13/10, lo que significa
que un promedio de 13% de los presupuestos nacionales y del 10% de la AOD están
yendo a apoyar la capacidad para brindar servicios sociales básicos.3
Un estimativo del Comité de
Asistencia al Desarrollo de la OCDE llega a las mismas conclusiones.
Cuadro 1:
Ayuda bilateral combinada de los
miembros del CAD
a servicios sociales básicos Compromisos 1994 |
|
ODA bilateral a
sectores sociales ($m) |
Porcentaje del total
de ayuda bilateral |
Número de
donantes presentados |
Educación básica |
306 |
2,03 |
11 |
Salud básica |
273 |
1,70 |
11 |
Población |
649 |
1,62 |
14 |
Agua y saneamiento |
2.212 |
5,17 |
19 |
TOTAL |
3.440 |
10,52 |
n.a. |
La fortaleza de la iniciativa 20/20
está en el conjunto limitado de disposiciones y los costos concretos que se
necesitan anualmente. 5
Se trata de un enfoque desde el
punto de vista del resultado y no del insumo, porque calcula cómo movilizar los
recursos financieros necesarios para cumplir las metas. Durante la conferencia
de Oslo se hizo evidente que su implementación podía causar un gran impacto.
Contribuirá a estimular la eficiencia de la ayuda mostrando que la asociación de
países en desarrollo con la comunidad de países donantes tras metas con plazos
concretos, puede llevar a un más rápido desarrollo humano y contribuir al
desarrollo mundial sustentable. La propuesta 20/20 debe ser vista como un poste
indicador. Describe la cifra total de recursos que pueden ser necesarios en
términos de gasto adicional en todo el mundo. Se refiere al esfuerzo combinado
que los países en desarrollo y los donantes tendrán que hacer; es probable que
los esfuerzos específicos varíen considerablemente de acuerdo con las
necesidades y prioridades de cada país. Los objetivos no son encarados por medio
de una acción aislada, sino en forma sistemática, basada en políticas
sectoriales, lo cual asegura la complementación, efectividad desde el punto de
vista del costo y eficiencia entre los distintos componentes de los servicios
sociales básicos.
Al subrayar la importancia de la
iniciativa 20/20 como mecanismo para establecer la base del desarrollo
sostenible, no debe dejarse de lado la utilización del resto de los recursos.
Durante los debates de la Cumbre Social algunos donantes argumentaron que el
objetivo debía ser la erradicación total de la pobreza. Al utilizar el 80%
restante (tanto como parte del presupuesto nacional público en los países en
desarrollo, como en la AOD por parte de los donantes) es necesario un plan
general de erradicación de la pobreza. Es más, existió un compromiso de los
jefes de estado y gobierno en la CMDS de elaborar planes nacionales de
erradicación de la pobreza en cada país. Todavía están por hacerse. La posición
de las ONG en cuanto al uso de la AOD reclamaba también que por lo menos el 50%
de los fondos de ayuda se dedicaran a la inversión social (incluyendo el 20% de
los servicios sociales básicos).
Si bien las cifras globales sugieren
otra cosa (véase el cuadro) algunos gobiernos -donantes y receptores- y
organismos multilaterales declaran que invierten el 20% en servicios sociales
básicos. Esto es así porque ha faltado una definición clara sobre qué se
entiende por un servicio social básico. Sin embargo, la CAD está trabajando para
establecer un nuevo sistema de informes por parte de los países acreedores, que
haga más clara la evaluación del gasto en esos servicios. Aún bajo este nuevo
sistema, es probable que exista una tendencia a tratar de estirar las
definiciones para dar una interpretación favorable a los gastos actuales.
Será importante también asegurarse
de que el centrarse en las estadísticas no signifique alejarse del objetivo
real: el acceso universal a los servicios sociales básicos. Centrarse en evaluar
hasta dónde se está logrando este objetivo es tan importante como definir los
logros en alcanzar los coeficientes de aporte. Aún si se logran las cifras del
20% en aporte, si no se logra el objetivo, la iniciativa habrá fracasado. Por lo
tanto es necesario un buen análisis y diseño de programas detallados para cada
país, con énfasis especial en las mujeres, para asegurar que se cumpla con el
acceso universal. Tampoco será suficiente el acceso a los servicios sociales
básicos por sí mismo para encarar las necesidades humanas básicas y la pobreza,
y promover un desarrollo humano sostenible. Son necesarias, además, otras
políticas y acciones de los gobiernos y donantes, para permitir a los sectores
pobres obtener ingresos invirtiendo en infraestructura económica, servicios de
información, facilidades bancarias con programas de crédito para vivienda e
inversiones productivas, etc. La 20/20 es un trampolín.
¿Cómo implementarla?
La iniciativa 20/20 debe ser vista
como parte de una estrategia integrada cuyo objetivo es alcanzar las metas con
plazos determinados establecidas en las conferencias de la ONU. Es un medio, y
no un fin en sí mismo. Sugiere un acuerdo social como compromiso recíproco a
mediano plazo referido al desarrollo social, por parte de un país y sus socios
en el desarrollo. La propuesta no estipula de ninguna manera la uniformidad a
todo lo ancho en el enfoque de las políticas, ni implica condicionalidad alguna.
Sugiere más bien un abordaje pragmático, práctico y flexible para los socios
involucrados.
En cuanto a la implementación, la
conferencia de Oslo realizó algunas recomendaciones concretas con respecto al
sistema de presentación de informes del Comité de Asistencia al Desarrollo de la
OCDE y las reuniones de coordinación de donantes del Banco Mundial y el PNUD.
En el consenso de Oslo, se menciona
a las reuniones del Grupo Consultivo del Banco Mundial y las conferencias de
mesa redonda del PNUD como los foros indicados para concretar un compacto 20/20
para un país. Cada año el Banco Mundial convoca entre 20 y 25 reuniones del
Grupo Consultivo en París para permitir que los países donantes y las
instituciones multilaterales de desarrollo se reúnan con sólo un país en
desarrollo solicitante por vez. Antes de la reunión, el Banco Mundial prepara un
análisis económico, y proyectos para los que está buscando asistencia financiera
internacional. Las reuniones de Mesa Redonda son también de coordinación de
donantes. Si bien muchos países en desarrollo, como beneficiarios de los
mecanismos de coordinación de la ayuda, están asumiendo cada vez más
responsabilidades en la organización y preparación de estos encuentros, tanto
los donantes como los beneficiarios cuentan con que el Banco y el PNUD coordinen
sus actividades. El Banco Mundial y el PNUD están comprometidos a fortalecer su
estrecha coordinación en las reuniones de los Grupos Consultivos y los procesos
de la Mesa Redonda, que son los dos principales foros de diálogo sobre
políticas, coordinación de ayuda y movilización de recursos. Hasta la fecha,
el compacto 20/20 no ha sido tratado en ninguna reunión del Grupo Consultivo ni
de la Mesa Redonda.
La otra recomendación para la
implementación de la 20/20 es el pedido al Comité de Asistencia al Desarrollo de
la OCDE de que adopte un sistema de presentación de informes que le permita
recolectar la información sobre la AOD de modo de poder monitorear la proporción
de AOD destinada a servicios sociales básicos.
Los países desarrollados deben
aumentar sus esfuerzos para brindar datos sobre asistencia para servicios
sociales básicos utilizando los sistemas de presentación de informes
existentes.6
El Comité de Asistencia al
Desarrollo (CAD) de la OCDE reúne a los más importantes donantes multilaterales
para debatir y evaluar los esfuerzos y políticas de ayuda, con la mira en
mejorar la calidad y cantidad de ésta. El CAD tiene mecanismos de monitoreo y
análisis entre pares. Es por esto que la OCDE/CAD es el ámbito lógico para
recolectar datos relevantes sobre la parte donante de la iniciativa 20/20.
La sociedad civil
Las ONGs estuvieron presentes
durante las reuniones preparatorias de la CMDS y también estuvieron en la
reunión de Oslo. El gobierno alemán incluyó un representante de la Plataforma
Alemana de ONGs en su delegación. Las ONGs urgieron la implementación temprana
de la iniciativa 20/20. Creen que este acuerdo constituye una parte crucial e
integral de una estrategia general de erradicación de la pobreza. La provisión
efectiva de servicios sociales básicos depende de la participación activa de la
sociedad civil en el diseño, implementación y evaluación de estos esfuerzos. Al
diseñar planes de desarrollo institucional y reforma de políticas para la
provisión de servicios sociales básicos, la experiencia y conocimiento de las
ONGs deben ser tenidos en cuenta. Pero las ONGs pueden jugar además un rol
activo en promover la iniciativa 20/20 presionando a sus gobiernos para que
elaboren planes y hagan las estimaciones de recursos necesarios para lograr el
acceso universal a los servicios sociales básicos. La red de Control Ciudadano
ofrece una plataforma en que trabajan conjuntamente las ONGs del Sur y del
Norte. Pueden presionar en forma coordinada a los gobiernos de los países en
desarrollo y de los países donantes para concretar la iniciativa 20/20 en los
hechos.
En Alemania existe un grupo de
trabajo activo del Foro Alemán de la CMDS sobre la 20/20. Organizaron dos foros
y dos audiencias con representantes del gobierno y del PNUD. Publicaron además
una serie de artículos sobre el tema. Existe un diálogo constante entre las ONGs
y el Ministerio de Cooperación Económica y Desarrollo.
¿Dónde, en qué países?
Durante la reunión de Oslo, un gran
número de países en desarrollo y donantes indicaron que comenzarían
inmediatamente a implementar la iniciativa. Entre los países en desarrollo
estaban, Burkina Faso, Benin, Tanzania, Uganda, Guinea, Bolivia y Vietnam. Y
entre los donantes mostraron interés Holanda, Noruega, Dinamarca, Alemania y
Canadá. Además UNICEF, PNUD, UNFPA, UNCTAD y el Banco Mundial se comprometieron
a aumentar el nivel de gastos en servicios sociales básicos. Burkina Faso y
Nicaragua expresaron su interés en que se les tomara como casos piloto para la
implementación de la 20/20. Noruega prometió convocar una segunda conferencia
sobre la 20/20 para analizar los casos pilotos en el plazo de un año o dos a lo
máximo.
La cantidad de países participantes
puede incrementarse: por ejemplo, en el presupuesto de ayuda de Holanda se
mencionan algunos pero se indica también que Holanda puede establecer un
compacto con otros interesados. "Cada país que tenga una relación de ayuda para
el desarrollo con Holanda, podría, en principio, convertirse en un socio 20/20".
Se ha puesto énfasis en que la
iniciativa provenga de los países en desarrollo. Estos pueden declarar su
interés y su voluntad de hacer un acuerdo iniciando un proceso de preparación de
un Plan Nacional de Acción Consolidado (inspirado en planes existentes de
educación básica, infancia, nutrición, salud reproductiva y planificación
familiar), reuniendo una evaluación de la situación, la expresión de los
objetivos e intenciones, y un programa de acción. Pueden también preparar un
presupuesto consolidado, con costos realistas sobre lo que se requeriría, desde
lo nacional y lo internacional, para lograr el acceso universal a los servicios
sociales básicos en un período de entre 5 y 15 años.
No parece haber motivos para
establecer una cifra mínima de países donantes o en desarrollo para que empiece
a operar la iniciativa. Comenzar con unos pocos países y un núcleo de tres o
cuatro donantes sería una buena forma de ponerse en marcha.
Holanda atribuye una importancia
considerable a la implementación del 20/20. En el Presupuesto para Cooperación
para el Desarrollo de 1997 se dedica una sección especial a la implementación
del concepto. Durante la preparación del presupuesto, los funcionarios
financieros del ministerio examinaron todas las categorías del gasto y
calcularon qué porcentaje de cada uno podría ir hacia la meta final de la 20/20.
Se incluyó en el cálculo el 100% de las contribuciones a las agencias de la ONU
como el Programa Mundial de Alimentación y la UNICEF, comparado con un 10% de la
contribución al Fondo Europeo de Desarrollo y un 20% de los fondos destinados a
mejorar la condición de las mujeres. En 1995, el total llegó al 18,4% de la
asistencia oficial al desarrollo y se espera que haya sido el 19,45% en 1996. En
el presupuesto de 1997, el gasto en servicios sociales básicos representa el
20,31%. Los fondos se invertirán preferiblemente en países en desarrollo
comprometidos a implementar la iniciativa 20/20. Hasta ahora, Bolivia, Guinea,
Tanzania, Vietnam y Burkina Faso han expresado su apoyo a la idea, y se espera
que les sigan otros países.
El gobierno alemán ha comenzado a
conversar con seis países receptores sobre la implementación de la 20/20. Se
trata de Kenya, Guinea, Yemen, Jordania, Cote d'Ivoire y Camboya. Las
organizaciones no-gubernamentales de Alemania, sin embargo, se han decepcionado
al encontrar que el presupuesto del Ministerio de Cooperación Económica y
Desarrollo (BMZ) para 1997 no menciona para nada el compacto 20/20. Esto va en
contra de numerosas declaraciones del Ministerio que subrayaron la importancia
del compacto para el proceso de seguimiento de la Cumbre Social. Las ONGs
encuentran motivos para temer que esta omisión sea una expresión de falta de
compromiso político. Las ONGs formaron un grupo de trabajo 20/20, en el que
realizan un debate calificado. Es alentador, sin embargo, que la iniciativa haya
sido incluida por parte del Gobierno en varios acuerdos entre el BMZ y los
gobiernos del sur.7
Cuadro 2: Estimativos de
costo adicional para los servicios sociales básicos
(miles de millones de U$S) |
Sector |
Cumbre
Mundial
para la
Infancia [1] |
Informe de
Desarrollo
Humano
[2] |
Informe de
Desarrollo
Mundial 1993
[3] |
Estimativos de
la CIPD para
el 2000
[4] |
Estimativos de
costo global
adicional para
el 2000 |
Salud y Nutrición [5] |
6 (9) |
05-Jul |
10 |
|
Nov-13 |
Salud reproductiva y población |
5 (6) |
10-Dic |
|
12 |
11-Dic |
Escolaridad primaria [6] |
5 (6) |
05-Jun |
|
|
03-Jun |
Agua y saneamiento de bajo
costo |
9 (9) |
Oct-15 |
|
|
05-Sep |
TOTAL |
25 (30) |
30 - 40 |
|
|
30 - 40 |
Fuente: PNUD & al., 1994. |
Notas:
1 Las cifras entre paréntesis reflejan actualizaciones de costos de
1990, ya que las estimaciones de UNICEF para la Cumbre sobre la Infancia
fueron preparadas en 1989.
2 PNUD Informe sobre Desarrollo Humano 1994, las cifras se basan en
estimativos.
3 The World Development Report 1993 (Banco Mundial) estimaba que para la
salud pública y servicios clínicos esenciales el total del costo adicional
estaría en alrededor de los US$ 30 mil millones a US$ 40 mil millones por
año. Sin embargo, por medio de la reestructura y reasignación de costos en
países de altos y medianos ingresos, los recursos adicionales necesarios
en los países de bajos ingresos sería de alrededor de US$ 10 mil millones
al año.
4 Los costos para actividades de salud reproductiva y población se basan
en un análisis de un programa integral e incluyen algunos costos que antes
se agrupaban bajo salud. Se calcula que estas actividades costarán US$ 17
mil millones en el 2.000, Los estimativos actuales de gasto en programas
de planificación son de entre 5 mil y 6 mil millones de US$. (Naciones
Unidas, 1994).
5 Los estimativos de salud y
nutrición no se dan por separado. Para la Cumbre Mundial sobre la Infancia
de 1990, los costos de salud y
nutrición se calcularon en US$ 3 mil millones cada uno. La nutrición cubre
parte del alimento, prevención y control de enfermedades, y asistencia.
6 Los costos para educación de la primera infancia, alfabetización,
conocimientos generales y capacitación para la vida para jóvenes y adultos
no se calcularon. |
Notas
1 Metas para la inversión en
desarrollo social:
Fuente: "Shaping the 21st Century: The Contribution of development co-operation",
OECD, May 1996.
2 Fuente: International meeting on
the 20/20 initiative, Oslo, Norway 23-25 April 1996. "Report of the
International Meeting on the 20/20 Initiative".
3 "Implementing the 20/20 Initiative", p.3. La fuente citada es E. Jespersen y
D. Parker, "20/20: mobilising resources for children in the 1990s", UNICEF Staff
Working Papers, no. 12, january 1994.
4 Fuente: "Measuring donor performance on 20/20", en un artículo de Simon Scott,
de OCDE, preparado para la conferencia de Oslo, abril de 1996.
5 Reunión de Oslo sobre el 20/20, Abril 1996 "Implementing the 20/20 initiative:
Issues regarding definitions, modalities, and monitoring." Documento preparado
por UNCTAD, PNUD, UNFPA y UNICEF en consulta con representantes de Bangladesh,
Canadá, Chile, Francia, Holanda, Noruega y Uganda, además del Banco Mundial.
6 Del Consenso de Oslo sobre el 20/20, Oslo, abril 1996.
7 Declaración sobre el programa alemán de ayuda para 1997, por el grupo de
trabajo 20/20 del Foro Alemán de ONGS para la Cumbre Social, setiembre 1996.
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