2000
El desarrollo en el mundo árabe y el papel de las ONG
Hassan Krayem; Adib Nehme; Ezzat Abdul Hadi
El desarrollo y la modernización árabes sufrieron retroceso y estancamiento desde el comienzo del siglo XX. El desarrollo social había alcanzado la madurez con conquistas políticas, económicas y sociales que obtenían cada vez más apoyo popular, pero las presiones externas e internas lo hicieron retroceder y lo vaciaron de su sustancia. El discurso desarrollista desapareció y fue sustituido por uno neoliberal concentrado, exclusivamente, en el crecimiento económico. El retorno del discurso desarrollista es una reacción al deterioro general de las condiciones de vida, especialmente desde la imposición de los ajustes estructurales en la década de los ochenta.
El proyecto de desarrollo
árabe
El sector árabe
de las ONG desempeña una importante función en el discurso desarrollista actual.
Es consciente de la necesidad de evitar dos posturas extremas: la primera, es la
que rechaza todas las cosas foráneas que no encajan en nuestras características
sociales e históricas; y la segunda, se ejemplifica por la aceptación acrítica
de la influencia extranjera. Considera al desarrollo como una opción firme,
derivada de la rica experiencia de las sociedades árabes. A nivel nacional,
puede incluir los siguientes elementos:
El aumento
del crecimiento y la productividad en asociación con la justicia regional y
social, especialmente con respecto a las relaciones de la propiedad y la
redistribución de la riqueza.
La
transformación democrática del Estado y la sociedad que incluya la
descentralización y la plena participación en los procesos de decisión y
formulación de políticas.
La
eliminación de toda forma de discriminación económica, social y legal contra la
mujer, los jóvenes, y todo sector de la población que sea discriminada.
El
fortalecimiento de mecanismos en múltiples niveles para la integración social y
nacional.
El
fortalecimiento de una cultura ciudadana con valores de participación,
autonomía, tolerancia y apertura.
El
reconocimiento de la función de las organizaciones de la sociedad civil como
socias esenciales de los procesos de decisión y el fortalecimiento de su papel a
la par del Estado.
Una
vista panorámica
El mundo
árabe es parte del Tercer Mundo y comparte una historia similar a la de otros
estados del Sur en desarrollo con respecto a su integración al mercado mundial.
No obstante, existen características singulares que lo distinguen:
-
El
petróleo.
Aproximadamente dos tercios de las reservas de petróleo del mundo se
encuentran en el mundo árabe. Esta materia prima estratégica desempeña un
papel importante en el crecimiento económico y aumenta los peligros
relacionados con el control de la región, como quedó claro con las guerras del
Golfo. La riqueza monetaria se acumuló en los estados del Golfo, especialmente
después del aumento de los precios del petróleo en 1973, pero la mayor parte
se destinó a los sistemas de seguridad y las armas que absorbieron el capital
excedente de la región y lo trasladaron de vuelta a los países desarrollados.
-
La
ubicación estratégica.
El mundo árabe estaba estratégicamente ubicado en relación a la guerra fría y
al conflicto centrado en el proyecto de colonización israelí en Palestina. En
consecuencia, muchos países árabes siguieron el modelo de militarización que
destinó recursos económicos a los presupuestos y armas militares y que condujo
a que se libraran cinco onerosas guerras en la región.
-
El
agua. La falta de
recursos hídricos es un problema estratégico y de seguridad, y también
concierne al desarrollo. El mundo árabe alberga al 5% de la población mundial
pero sólo cuenta con 1% del agua del planeta. Aun más importante es que estos
recursos hídricos no están bajo control de los estados árabes. La adaptación a
la falta de agua obliga a los estados árabes a abandonar la agricultura pues
el valor económico del agua en relación con ésta es menor que su valor en la
industria o con fines domésticos.
-
Los
precios del petróleo.
Los estados productores de petróleo sufrieron una fuerte caída en los precios
del crudo, que resultó en abultados déficits presupuestales y en el descenso
de la redistribución del excedente entre numerosos sectores de la sociedad.
-
La
democracia. La
falta de democracia se refleja en la falta de participación política, la
maquinaria autoritaria del Estado y la falta de respeto por los derechos
humanos y de las minorías. Aunque hubo cierta liberalización política a partir
de fines de los años 80, la mayor intensidad de la polarización política y
social amenaza a los estados con la guerra civil y la desintegración social.
La falta de democracia es un obstáculo esencial para el desarrollo en el mundo
árabe.
-
Las
mujeres. Además de
los factores socioeconómicos generales que obstaculizan la integración de la
mujer en la sociedad y su activa participación en el desarrollo, existen
factores culturales debidos a la dominante estructura social tradicional del
mundo árabe. Sin embargo, el principio de igualdad entre hombres y mujeres no
contradice los valores árabes y es una base importante para el desarrollo.
-
La
migración laboral.
Algunos países exportan mano de obra especializada, lo cual conduce a un
déficit sin compensación, y otros importan mano de obra inmigrante sin la
debida protección para los trabajadores.
-
La
pluralidad.
Existen enormes diferencias entre los estados árabes. Algunos tienen una
asombrosa riqueza petrolera y poderío financiero, pero con poca población en
territorios mayormente desérticos. Otros son grandes, muy poblados y con gran
capacidad agrícola (Egipto y Sudán), pero carecen de capital.
La mayoría
de los países árabes lograron importantes avances en algunos indicadores
sociales desde 1970, pero aún se encuentran en posiciones de inferioridad con
respecto a países de otras regiones, con excepción de África subsahariana. Las
diferencias entre los países revelan que hace falta una mayor cooperación
económica, pero las relaciones económicas entre sus estados son limitadas
comparadas con las de otras regiones. A su vez, entre los países árabes las
relaciones políticas también son complicadas, por lo que la verdadera
integración no parecería realista. Los estudios revelan que las relaciones
comerciales dentro del mundo árabe no superan el 5% del total del volumen
comercial árabe.
Las
políticas de ajuste estructural
El ajuste
estructural tuvo el propósito de solucionar la crisis socioeconómica que, en los
países árabes, se debió a tres factores: el incremento de las tasas de interés,
las medidas proteccionistas de los países industrializados y la caída de los
precios de las materias primas, sobre todo del petróleo. El descenso en el valor
de las exportaciones y la subsiguiente caída de la transferencia de capital de
los países productores de petróleo a otros países árabes, hizo que estos últimos
recurrieran al préstamo para compensar las pérdidas. A fines de 1998, la deuda
externa había aumentado a unos USD 201.000 millones, o cerca de 49,2% del PBI de
todos los países árabes (la deuda de todos los países en desarrollo alcanzó 26%
del PBI de todos los países en desarrollo). El ajuste estructural también sirve
para liberar a los mercados del Sur, incluso a los árabes, al ingreso de los
productos de los países industrializados. La mayoría de los países árabes
accedieron a aplicar los programas de ajuste estructural. Marruecos comenzó en
1983, Túnez en 1986, Jordania en 1989, Egipto en 1991, y Yemen y Argelia en
1995. El resto de los países árabes, (como Líbano, Siria y Sudán) no asumieron
compromisos formales con este tipo de políticas.
Los
problemas básicos del desarrollo
Los
problemas básicos de desarrollo en el mundo árabe se pueden dividir en cinco
categorías principales.
-
Descenso del crecimiento económico.
Los datos estadísticos
revelan que el índice de la población económicamente activa y los salarios
reales del mundo árabe equivalen a las cifras de 1970. El PBI combinado
alcanzó los USD 408.000 millones en 1997. La tasa anual de crecimiento
económico durante el lapso entre 1975 y 1995 fue de 3,2%, y se calculó en 2%
en 1999. El ingreso por habitante fue de USD 2.327 en 1975 y de USD 2.914 en
1980, pero descendió a USD 1.842 en 1990. Para atraer capitales se necesita
una relativa estabilidad política y reformas económicas esenciales que aún no
existen. Las exportaciones árabes crecen a un ritmo muy lento (1,5% en los
últimos años, en contraste con el 10% para el conjunto de los países en
desarrollo y del 6% en todo el mundo).
-
Problemas demográficos y laborales.
El ritmo de crecimiento
demográfico descendió en las últimas dos décadas del 3,2% en 1985 al 2,5% en
1996. La población, que en la actualidad asciende a unos 280 millones de
personas, podría alcanzar los 600 millones en el 2035, con fuertes incrementos
en el porcentaje de población infantil por debajo de los 15 años. La fuerza
laboral creció a un ritmo de 3,2% en los años 80, de 3,3% en la primera mitad
de los años 90, y de 3,7% en la segunda mitad de esa década. El desempleo y la
pobreza aumentaron. La tasa estimada de desempleo en muchos países árabes es
al menos de 15%. El fuerte crecimiento de la población urbana generalmente se
asocia a la “ruralización” de la ciudad debido a los severos problemas de
vivienda, transporte y alimentación que provoca. Poco más de la mitad de la
población (52%) vive en centros urbanos. La mano de obra se caracteriza por la
baja productividad, la gran cantidad de trabajadores no especializados (más
del 50%), los altos porcentajes de trabajo infantil y la escasa participación
de las mujeres, calculada en 19% en 1997. Aproximadamente 40% de la mano de
obra corresponde a la agricultura, 38% a los servicios y 22% a la industria.
-
Problemas del ambiente, la agricultura, la alimentación y el agua.
Sólo el 70% de la población cuenta con agua potable. La
región del mundo árabe es la más dependiente de las importaciones de alimento:
se calcula que el desequilibro en el abastecimiento ascenderá a 61% en el
2000, con una brecha estimada con respecto al valor de los alimentos en 1995
de USD 12.700 millones (un aumento de 18,7% frente a 1994). La producción
agrícola alcanzó los USD 74.600 millones en 1996, o 13,1% del PBI, frente a
8,9% en 1985. El mundo árabe aún padece una diversidad de obstáculos a la
seguridad alimentaria, como la falta de agua, el cambio climático, la erosión
de la tierra y la desertización, la poca capacidad material y monetaria, las
deficiencias de infraestructura y especialización. La negligencia con respecto
al ambiente tiene un costo anual de unos USD 14.000 millones, o de 3% del PBI,
según expertos. La contaminación del aire afecta a más de 60 millones de
habitantes de los centros urbanos, o cerca de 40% del total de la población
urbana (20% de la población total). El combate de la contaminación y la
desertización costaría aproximadamente entre USD 58.000 y 78.000 millones en
la próxima década y se considera esencial para el desarrollo.
-
Problemas de desempeño social y económico.
En la mayoría de los países
árabes, el crecimiento económico en los años 90 cayó por debajo del
crecimiento demográfico, con la excepción de Libia y los estados del Golfo. La
producción industrial, como parte del PBI, descendió de 35,3% en 1985 a 31,2%
en 1996. Los obstáculos que enfrenta el sector industrial son: la ausencia de
una estructura institucional que se adecue a la industria en sí; la debilidad
de los servicios de apoyo; los límites del mercado nacional; las barreras al
libre movimiento de productos y personas entre los países árabes; y el alto
costo y la baja calidad de los productos industriales que dificultan la
competencia.
El mundo
árabe padece la ausencia de planes y estrategias necesaria para resolver los
numerosos obstáculos. El problema de la vivienda está creciendo, así como la
extensión de la pobreza. El analfabetismo se calcula en 41,4%, y aunque
desciende como porcentaje de la población, la cantidad de analfabetos va en
aumento. El analfabetismo alcanza el 60% en algunos de los países árabes menos
desarrollados y cae a menos de 20% en otros (Líbano y los estados del Golfo). El
analfabetismo femenino es más elevado y alcanza cerca de 75% en Mauritania y
Yemen. El promedio estimado para todos los países árabes en 1997 fue de 53,6%.
El Índice
Gini es más del doble en el mundo árabe que en los demás países en desarrollo
(PNUD). En los años 60, la diferencia en el ingreso por habitante entre los
países productores y no productores de petróleo era de 2 a 1; pasó a ser de 91 a
1 en 1987 y de 33 a 1 en 1999. El ingreso promedio por habitante en Sudán es de
USD 480, mientras en Emiratos Árabes Unidos es de USD 15.770.
Pero
existen también dos importantes obstáculos de orden cultural y político: por un
lado, la crisis de la democracia en el mundo árabe representa una amenaza para
el desarrollo y una crisis de legitimidad para muchos regímenes. Esto pone en
peligro la estabilidad, debilita las instituciones del Estado y socava la ley, a
la vez que fortalece la naturaleza autoritaria del Estado que no reconoce los
derechos de los ciudadanos libres. Y por otro lado, la crisis de identidad
cultural. Esta crisis se expresa en muchas formas religiosas. En esencia,
surge de las diferencias entre sistemas de valores y es una reflexión del
rechazo árabe a la penetración cultural occidental y de la confrontación con
ésta, que también se asocia con la dominación política y económica.
Las
características de un desarrollo alternativo
Entre las
características generales de un plan de desarrollo alternativo se deben incluir
las siguientes:
-
Democratización de la vida política al nivel del Estado y la sociedad. No sólo hace falta aumentar el nivel de participación
popular, sino que también es vital reforzar la legitimidad política de los
regímenes. Cuanto mayor sea la participación ciudadana en los procesos de
decisión en todos los niveles, mayor será la legitimidad y estabilidad del
sistema político.
-
La
descentralización del proceso de decisión hacia los municipios
mejorará los servicios y hará más efectiva la participación en el
desarrollo. Los bancos populares cooperativos, las instituciones educativas y
los servicios de salud, dependerán de la cooperación con los municipios, las
ONG, el sector privado, los organismos gubernamentales, los sindicatos, las
universidades y otras organizaciones de la sociedad civil.
-
Redefinición del papel del gobierno.
Los gobiernos tienen un papel que desempeñar en la planificación para el
desarrollo y la aplicación de políticas sociales y económicas para resolver
los numerosos problemas existentes. El Estado debe ser un administrador
eficiente, racional y económico que dé prioridad a la dimensión social del
desarrollo y participe al brindar los servicios sociales básicos. Este
concepto del Estado no acepta la contradicción entre Estado y mercado y está
basado en las experiencias de muchos estados del este de Asia.
-
Un
modelo de desarrollo integrador.
Las experiencias de las últimas décadas se clasificaron según dos polos
opuestos: el modelo estatista versus el modelo neoliberal orientado al
mercado. El nuevo enfoque integrador supone papeles diferentes y
complementarios para el Estado, la sociedad civil y el sector privado
comercial. El éxito de las experiencias desarrollistas de muchos países
asiáticos reveló que el papel activo del Estado en la planificación, en la
creación del marco integrador para todas las partes y el desempeño de un papel
efectivo al brindar los servicios sociales, la igualdad de oportunidades y la
equidad, es un factor indispensable detrás del éxito de estas experiencias.
-
Políticas colaboradoras que integren la industria y la agricultura
y que conduzcan a una mejoría cualitativa en la situación de
esta última. Esto debería disminuir el nivel de dependencia en las necesidades
esenciales y aumentar la autonomía para satisfacer las necesidades locales,
así como generar las reformas necesarias en la educación y la investigación.
-
Organizaciones potenciadas de la sociedad civil
que puedan participar
efectivamente en los planes desarrollistas mediante un dominio reducido del
gobierno.
El
papel de la sociedad civil y de las ONG
En el
mundo árabe, el término “sociedad civil” se utiliza con frecuencia para expresar
las estructuras tradicionales, religiosas, sectarias, tribales y familiares que
predominan en la sociedad. Pero este uso del término distorsiona el concepto.
“Sociedad civil” debería referirse a las modernas asociaciones voluntarias cuyo
lugar se encuentra en el Estado moderno y que se basan en la ciudadanía y la
libre asociación para promover el interés colectivo. La democracia y la
participación no se pueden reducir a las elecciones. La democracia significa la
continua participación de amplios sectores sociales en los procesos de decisión
y en la supervisión y la ejecución de proyectos de desarrollo. Eso exige un
grado de descentralización que trasciende el existente en el mundo árabe.
La
construcción de un sector árabe de ONG fuerte, efectivo y eficaz exigiría los
siguientes pasos:
-
Desarrollo de un marco democrático y legal adecuado para las ONG árabes.
Este marco incluye tres elementos interrelacionados. El
primero, es la legitimación de las ONG árabes basada en las convenciones de la
ONU y el derecho internacional, al permitir la libertad de asociación a todo
nivel. El segundo, es la independencia, lo cual significa el derecho de las
ONG a definir sus propias metas y misiones, y el respeto del gobierno y otras
instituciones hacia la independencia organizativa y administrativa de las ONG.
El tercero, es la responsabilidad, transparencia y supervisión de las ONG. Los
tres elementos son igualmente importantes para un marco legal adecuado.
-
Desarrollo de un marco conceptual general para la política social.
La política pública nacional se debe acordar entre todas las fuerzas
efectivas de la sociedad, especialmente entre el sector público, el privado y
las ONG.
-
Formulación de un modelo de cooperación profesional entre los gobiernos
nacionales y el sector de ONG.
Este modelo se debe basar en el concepto de “plena asociación” entre los
gobiernos nacionales y las ONG árabes. Se debe institucionalizar un mecanismo
de consulta para facilitar este proceso. Los gobiernos deben reconocer que el
papel de las ONG no se limita a brindar servicios sino que se extiende al
desarrollo de principios y prácticas democráticas en las comunidades locales.
Desde nuestro punto de vista, el sector de ONG tiene un papel integral que
desempeñar en todas las esferas y sectores de la sociedad.
-
Desarrollo de un modelo para la cooperación profesional nacional y societal
entre las ONG y el resto de las organizaciones de la sociedad civil. La sociedad civil comprende a las ONG, los partidos
políticos, los sindicatos, los medios de comunicación y los movimientos
sociales, entre otros. Es necesario un mecanismo de consulta entre todas las
organizaciones de la sociedad civil que esté institucionalizado, organizado y
que sea continuo. La relación entre ONG y partidos políticos merece una
atención especial: mientras estos a menudo procuran dominarlas, aquéllas
tienen como objetivo la autonomía.
-
Fortalecer, potenciar y realzar la estructura democrática de las ONG árabes.
Esta labor se debe concentrar en tres esferas
interrelacionadas. La primera, es una administración sólida con una visión
clara y valores, procedimientos profesionales y mecanismos de transparencia
acordados. La segunda, es la mejoría y desarrollo de la capacidad
administrativa y técnica. Se necesitan técnicas administrativas eficientes
para mejorar la calidad de los servicios de las ONG y realzar sus relaciones
con las comunidades locales árabes. La tercera, es el desarrollo de los
recursos humanos y el de una ética de trabajo. Esto debe incluir temas
importantes como el conocimiento, la capacidad de información y la ética
misma. Se deben construir capacidades según los nuevos requerimientos de las
ONG, es decir, pasar del mero suministro de bienestar social, al desarrollo.
Sin embargo, jamás se debe enfatizar en el profesionalismo a expensas de dejar
de lado la labor voluntaria.
-
Coordinación, cooperación, consulta y trabajo en red entre las ONG árabes.
Un objetivo de las redes es construir una visión en común e
integral del desarrollo social y económico de las sociedades árabes. Otro
propósito es desarrollar fuertes socios locales con los gobiernos nacionales,
socios que puedan participar en la administración de los procesos de
desarrollo y reflejar las perspectivas de las comunidades locales en los
procesos de decisión.
-
Lograr la autonomía y la autofinanciación.
La dependencia exclusiva de
las finanzas externas amenaza la existencia de las ONG. La autonomía exige que
las ONG fortalezcan sus relaciones con las comunidades locales. Se deben
desarrollar relaciones con el sector privado para crear mecanismos que
incrementen el papel del sector en los procesos de desarrollo. Las relaciones
con las ONG internacionales también deben continuar para afianzar el respeto
mutuo, la visión en común y una real asociación, sobre todo con respecto a los
temas del fortalecimiento de la democracia, la justicia social y los derechos
humanos.
-
Establecer relaciones con las comunidades árabes locales. La sugerencia de una nueva estrategia integradora, institucionalizada y
sistemática de las relaciones entre las comunidades locales y las ONG, es
esencial para que se logre la intervención efectiva y la sustentabilidad de
las ONG árabes.
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