1999
La Iniciativa 20/20 y el Consenso de Hanoi
Caroline Wildeman
Novib, Organización de Holanda de Cooperación Internacional para el Desarrollo, es miembro de Eurostep y de Oxfam Internacional
La Iniciativa 20/20, cuyo fin es aumentar el gasto de los servicios sociales básicos, aún no funciona plenamente. En una conferencia de tres días celebrada en Hanoi (del 27 al 29 de octubre de 1998), representantes de países en desarrollo y donantes analizaron el estado actual de su aplicación.
La Iniciativa 20/20 se origina en la Cumbre
Mundial de Desarrollo Social, realizada en Copenhague, en 1995. En el Programa
de Acción, los gobiernos acordaron, por compromiso mutuo entre contrapartes
interesadas de países en desarrollo y desarrollados, destinar, en promedio, el
20% de la AOD y el 20% de sus presupuestos nacionales, respectivamente, a los
programas sociales básicos. La Iniciativa 20/20 pretende aumentar el acceso a la
educación básica, la atención médica primaria, incluidos los programas de salud
reproductiva y de población, la nutrición, el agua potable y el saneamiento.
En una conferencia posterior celebrada en Oslo,
en 1996, se acordó que las sesiones del Grupo Consultor del Banco Mundial y las
conferencias de la Mesa Redonda del PNUD son foros adecuados para discutir la
puesta en práctica de la Iniciativa 20/20. La idea subyacente es que los países
en desarrollo deben tomar la iniciativa al crear estrategias nacionales para
aumentar el acceso a los servicios sociales básicos, a las que los donantes
pueden responder en forma coordinada. En la última conferencia sobre la
aplicación de la 20/20 celebrada en Hanoi, parecía que en los últimos dos años
sólo dos sesiones del Grupo Consultor y tres mesas redondas habían analizado
realmente la Iniciativa. Por desgracia, ni los donantes ni los países en
desarrollo pudieron anunciar grandes mejorías en el gasto destinado a los
servicios sociales básicos.
Límites de aplicación
La aplicación de la Iniciativa 20/20 es lenta.
Existe consenso sobre la necesidad de dar prioridad al desarrollo social. El
crecimiento económico, si bien es vital, ya no se considera que «se filtra hacia
abajo» en forma suficiente para los pobres. La inversión en el capital humano a
través de los servicios sociales básicos de calidad se considera un elemento
vital para el desarrollo sustentable. Por desgracia, el consenso aún pertenece
al ámbito de las buenas intenciones.
Importantes donantes se comprometieron a cumplir
los objetivos fijados por la Cumbre Mundial de Desarrollo Social en el documento
«Shaping the 21st. century». Pero estos donantes no comparten una estrategia
común para cumplirlos, y el documento no incluye el acuerdo sobre la asignación
de los recursos necesarios para ese fin.
Aún se necesita hacer mucho. Un reciente folleto
preparado por PNUD, UNESCO, FNUAP, UNICEF, OMS y el Banco Mundial, llamado «Implementing
the 20/20 Initiative: Achieving universal access to basic social services»,1
presentó nuevos cálculos sobre los recursos que se necesitan para implementar la
Iniciativa 20/20. Los recursos actuales sólo cubren dos tercios de las
necesidades financieras, que se estiman entre 206 mil millones y 216 mil
millones de dólares por año. Hoy, según cálculos conservadores, la cantidad de
fondos que se canalizan hacia los servicios sociales básicos ronda los 136 mil
millones de dólares. Por lo tanto, se necesitaría un incremento de al
menos entre 70 mil millones y 80 mil millones para brindar una cobertura total.
La cantidad necesaria es casi dos veces mayor a un cálculo anterior (1994) que
fijó la suma entre 30 mil millones y 40 mil millones de dólares.
Las últimas cifras son especialmente
preocupantes si tomamos en cuenta que la ayuda descendió a su nivel más bajo, de
55.400 millones en 1996 a 47.600 millones en 1997. El informe Realidad de
la ayuda (Earthscan, 1998) señala que ahora 3.200 millones de personas viven
con menos de dos dólares por día, pero los gobiernos ricos no están dispuestos a
invertir en la lucha contra la pobreza mundial ni 30 centavos por cada 100
dólares que gastan. Novib cree que los donantes deben gastar al menos 30% de sus
presupuestos de AOD en el acceso a los servicios sociales básicos de buena
calidad. Oxfam Internacional también comenzará una campaña en 1999 sobre el
acceso universal a la enseñanza básica, que exigiría 8% del total del
presupuesto de la AOD.
Los compromisos de los donantes
Resulta difícil conseguir datos precisos sobre el
gasto en servicios sociales básicos. Esto es así tanto para los países en
desarrollo, que en muchos casos tienen presupuestos descentralizados para las
políticas sociales, como para los donantes, en especial las organizaciones
multilaterales. Sólo recientemente algunos donantes bilaterales informaron sobre
el gasto en educación básica y salud, pero no sobre otros aspectos de la
Iniciativa 20/20. Escasos datos sobre el gasto público en agua y saneamiento
sugieren que es poco el compromiso para ofrecer estos servicios.
El encuentro de Oslo en 1996 destacó la necesidad
de que las estadísticas comparables internacionalmente permitan controlar que
los aportes de los donantes cumplan con el objetivo de la Iniciativa 20/20. En
la práctica, los donantes no proporcionan este tipo de estadísticas con
facilidad. Sus informes se adaptan a las prioridades nacionales, en vez de
las internacionales. Algunos donantes se oponen a que se controle el gasto en
los servicios sociales básicos sin tomar en cuenta la cuestión de la
sustentabilidad, que incluiría el gasto de capacitación e institucionalización y
el desarrollo de infraestructura para permitir el suministro de servicios
sociales.
Sobre la base de datos disponibles, la OCDE/CAD
(Comité de Asistencia para el Desarrollo) informa que el gasto de los donantes
bilaterales en materia de educación básica para 1996 fue de 1,4% de la AOD
total. El gasto promedio en salud básica fue de 2,4% de la AOD. Éstas son cifras
asombrosamente bajas, lo que indica que aún estamos lejos de contar con los
fondos necesarios para universalizar el acceso a los servicios sociales básicos.
Con respecto a las vías multilaterales, existe
muy poca información disponible sobre la AOD y el gasto en los servicios
sociales básicos. Esto incluye los préstamos del Banco Mundial, los bancos
regionales de desarrollo, el Fondo Internacional para el Desarrollo Agrícola (IFAD)
y el Fondo de Desarrollo Europeo (EDF). No existe información del PNUD, del
Fondo de Población de las Naciones Unidas (FNUAP), de UNICEF o de las agencias
especializadas de la ONU (Iniciativas de Desarrollo et alia, 1998). Sobre la
base de información reunida por OCDE/DAC, aproximadamente el 20% de los
préstamos de AOD de los bancos para el desarrollo se destinó a la educación
básica, la salud básica, la población (incluso la salud reproductiva) y el
suministro de agua y saneamiento. Si el suministro de agua y el saneamiento se
excluyen (dado que estos costos no discriminan entre el suministro básico y el
gasto para tecnologías de alto costo, y la mayoría del dinero se gasta en
éstas), la ayuda destinada a los servicios sociales básicos representó un 7% en
1995 y un 11% en 1996. El 6% de las donaciones de EDF se destinó a los servicios
sociales básicos (Iniciativas de Desarrollo et alia, 1998).
¿A dónde va el gasto?
¿Cuánto gastan los propios países en
desarrollo? Nuevamente, falta información clara sobre el gasto en los
servicios sociales básicos porque los presupuestos para el apoyo del sector
social con frecuencia son descentralizados a las provincias u otras autoridades
locales. Asimismo, el gasto público en los servicios sociales básicos se
clasifica por el tipo de gasto y no por el monto destinado a cada sector social,
lo que hace sumamente difícil la evaluación del gasto. Incluso las Revisiones
del Gasto Público del Banco Mundial rara vez pueden dar datos exactos sobre los
servicios sociales básicos.
De un estudio de UNICEF y PNUD sobre el gasto en
servicios sociales básicos de los gobiernos de 30 países en desarrollo queda
claro que, aunque varían substancialmente en la asignación del gasto público a
los servicios sociales básicos, todos parecen necesitar recursos adicionales. El
gasto promedio es de entre el 12% y el 14% de los presupuestos nacionales. Muy
pocos de estos países gastan menos de 10% y muy pocos alcanzan el 20%.
Especialmente se destinan pocos fondos en Benin, Camerún y Zambia, en África
subsahariana, Bangladesh y Filipinas, en Asia, y Brasil, República Dominicana y
Nicaragua, en América Latina. Unos pocos países en América Latina y África
subsahariana (Belice, Burkina Faso, Namibia, Níger, Uganda y Perú) destinan casi
20% a los servicios sociales básicos (UNICEF/PNUD, 1998).
Los presupuestos no están bien orientados en dos
sentidos. El gasto en la defensa y el pago de la deuda tiene prioridad en muchos
presupuestos. En muchos países, el gasto combinado para el pago de la deuda y la
defensa es más alto que para los servicios sociales básicos. El estudio de
UNICEF/PNUD mencionado anteriormente muestra que en Benin, Camerún, Chile,
Filipinas y Sri Lanka, el gasto de la defensa absorbe más recursos que los
servicios sociales básicos. Países que pagan más por el servicio de la deuda que
por servicios sociales básicos son Brasil, Camerún, Costa de Marfil, El
Salvador, Filipinas, Jamaica, Kenya, Nepal, Níger, Perú, Sri Lanka, Tanzanía y
Zambia. La acción internacional puede ayudar en términos de reducción de la
deuda: iniciativas como la de los Países Pobres Fuertemente Endeudados (HIPC) se
deben aplicar a un ritmo acelerado.
Un segundo problema es el gasto desequilibrado, y
por tanto ineficiente, dentro del sector de los servicios sociales. La cuestión
de la eficiencia de la asignación de fondos se relaciona íntimamente con la
equidad geográfica. Las políticas no se orientan bien a las personas que viven
en la pobreza. Los pobres en el medio rural carecen especialmente de acceso a la
educación y a la salud básicas. El sesgo urbano parece más fuerte en los
sectores de la salud, el agua y el saneamiento (UNICEF/PNUD). En Kenya, por
ejemplo, donde el 70% de la población vive en el medio rural, los servicios de
salud rurales reciben sólo un 13% del presupuesto de salud. El gasto total de la
salud no se dirige eficazmente a los grupos más pobres de la sociedad. Existe la
tendencia de que los gobiernos destinen gran cantidad de sus presupuestos de
salud a servicios de atención terciaria, poco usados por la población más pobre
y de alto costo relativo.
Los resultados de Hanoi
Entre los países que toman en serio la Iniciativa
20/20 hay muchos africanos. Los principales actores en la discusión de Hanoi
fueron los representantes de Zambia, Uganda, Malí, Tanzanía, Níger, Costa de
Marfil, Ghana, Malawi, Benin, Namibia, Mozambique y Burkina Faso. Otros países
en desarrollo que mostraron interés fueron Sri Lanka, Nepal, Vietnam, Filipinas
y Bangladesh. Hubo algunos representantes de América Latina (Perú, El Salvador,
Bolivia, Chile y Costa Rica), pero no demostraron estar muy interesados. Del
lado de los donantes, sólo cinco países tienen un compromiso sólido con la
Iniciativa 20/20: Noruega, Holanda, Alemania, Canadá y Reino Unido. Finlandia,
Francia y Bélgica tienen un grado de compromiso menor.
Algunos elementos importantes del Consenso de
Hanoi sobre la Iniciativa 20/20:
- Se reiteró la meta de lograr el acceso
universal básico a los servicios sociales, que comprenden la educación básica,
la atención médica primaria, incluidos la salud reproductiva y los programas
de población, la nutrición, el agua potable y el saneamiento.
- En la reunión se acordó que la actual crisis
económica y financiera se suma a la relevancia de la Iniciativa 20/20 para
proteger el acceso de las personas más vulnerables a los servicios sociales
básicos.
- El encuentro reafirmó la necesidad del
compromiso mutuo de los países en desarrollo y sus socios industrializados de
dar mayor prioridad a los servicios sociales básicos y de traducir este
compromiso en términos financieros.
- Se necesitan esfuerzos especiales para llegar
a los sectores pobres y vulnerables con mayor efectividad, sobre todo a las
mujeres, las niñas y los niños. La capacidad institucional no está
desarrollada en forma suficiente para brindar servicios de calidad de una
manera eficiente, equitativa y sustentable.
- En algunos países, amenazas específicas como
las minas terrestres antipersonales y la pandemia del VIH/SIDA constituyen una
gran carga sobre los servicios sociales básicos, lo que hace que la asistencia
sea aun más importante.
- En la reunión se acordó que la obtención y el
análisis de la información relevante sobre el gasto en el sector social y su
resultado son de importancia fundamental para diseñar e implementar reformas
de la política social. Se acordó que los gobiernos de los países en desarrollo
deben aclarar y operar mecanismos institucionales específicos para coordinar y
controlar el gasto de los servicios sociales básicos.
- Los foros y los instrumentos adecuados para la
coordinación de la política deben tratar todos los aspectos de la Iniciativa
20/20, sobre todo el Grupo Consultor y las reuniones de la Mesa Redonda, los
programas de inversión sectorial, los informes nacionales de desarrollo
humano, las revisiones del gasto público y los préstamos de ajuste
estructural.
- El encuentro reconoció que para los países
pobres fuertemente endeudados, el servicio de la deuda representa uno de los
mayores obstáculos al desarrollo y que se deben tomar medidas urgentes para
aliviar el peso de la deuda en estos países.
- La reunión exhortó a las ONG a continuar con
su labor de monitoreo y con el diálogo con los gobiernos.
- Se solicitó a las organizaciones
multilaterales que examinen sus programas de cooperación para asegurar que los
programas sociales básicos reciban una mayor prioridad. También se les exhortó
a ofrecer información a OCDE/DAC sobre el gasto que dedican a los servicios
sociales básicos.
- La reunión solicitó a los países donantes que
realicen todos los esfuerzos posibles para destinar el 20% de sus presupuestos
de AOD a los servicios sociales básicos.
- El consenso de Hanoi será una cuestión a
considerar en la sesión especial de la Asamblea General de las Naciones Unidas
para revisar la aplicación de la Declaración y el Plan de Acción de
Copenhague. El proceso de preparación deberá considerar informes del Banco
Mundial, PNUD, UNICEF, FNUAP, OCDE/DAC y otras organizaciones multilaterales.
Instrumentos políticos para promover los
objetivos de la iniciativa
Para implementar la Iniciativa 20/20, los
gobiernos de los países en desarrollo deben hacer planes para financiar y
brindar los servicios sociales básicos. Las ONG deben continuar haciendo campaña
a favor de estos planes. Desde la Cumbre Mundial de Desarrollo Social, la
importancia de mejorar los servicios, la cobertura y el resultado de los
servicios sociales básicos surge claramente como parte del diálogo político. El
próximo paso es discutir estos planes en reuniones internacionales con los
donantes, como en las reuniones del Grupo Consultor (GC) y la Mesa Redonda (MR).
Las Revisiones del Gasto Público (RGP) y los Préstamos de Ajuste Estructural (PAE)
también brindan la oportunidad para que los gobiernos, los donantes y las
agencias del Banco Mundial y la ONU exploren los puntos de la financiación y el
suministro de los servicios sociales básicos.
Además de tener un compromiso financiero más
fuerte con los servicios sociales básicos, el reciente diálogo político hizo
hincapié en la necesidad de mejorar la eficiencia de los sistemas de servicios,
en dirigir los recursos a los grupos y regiones más necesitados y en mejorar la
calidad de los servicios ofrecidos.
Las reuniones del Grupo Consultor son importantes
foros oficiales para los gobiernos, los donantes y los organismos multilaterales
para discutir estrategias de desarrollo de los países y su financiación. Las ONG
pueden asistir a algunas de estas reuniones como observadoras. Las reuniones del
GC adoptan decisiones sobre la movilización y la coordinación de la ayuda para
el desarrollo. Son organizadas y presididas por el Banco Mundial, en estrecha
colaboración con altos funcionarios de cada país, especialmente con el
Ministerio de Finanzas. Las GC ofrecen la oportunidad de plantear los problemas
del sector social y de subrayar la importancia del acceso a los servicios
sociales básicos. Hasta el momento, sólo unas pocas GC prestaron atención a la
promoción de la Iniciativa 20/20 (Ghana, Uganda y Vietnam). Con frecuencia
discutieron los sectores sociales en términos muy generales, sin el énfasis
necesario sobre los servicios sociales básicos (PNUD/Banco Mundial, 1998).
Las reuniones de mesa redonda (MR) son consultas
formales entre representantes de gobierno, donantes y, cada vez más,
representantes de ONG y del sector privado. El rol del PNUD es el de organizar
la reunión. El objetivo es discutir la política, las metas y las estrategias de
desarrollo de un país. Las reuniones de MR deben tomar en cuenta la Iniciativa
20/20. Desde la Cumbre Mundial de Desarrollo Social se celebraron trece MR. Tres
MR se refirieron específicamente a la Iniciativa 20/20: Bhután, Lao y Níger.
Pero la mayoría de las MR destacaron la necesidad de aumentar la eficiencia del
sector social, dirigir los recursos a los grupos y regiones más necesitados y
mejorar la calidad de los servicios brindados (PNUD, Banco Mundial, 1998).
Otro instrumento político es la Revisión del
Gasto Público (RGP). Las RGP se realizan principalmente por el Banco Mundial,
pero cada vez más se formulan como resultado de un ejercicio conjunto entre
gobiernos y donantes. El fin de la RGP es analizar los antecedentes y los planes
de gasto de los gobiernos. Las revisiones pueden servir como una importante
función de control y asesoramiento de los gobiernos. Uno de sus puntos fuertes
es que con frecuencia analizan sistemáticamente cada uno de los sectores
sociales.
Las políticas para mejorar el acceso a los
servicios sociales básicos se beneficiarán de la llamada estrategia de
asociación. La Estrategia de Asociación para el Desarrollo fue elaborada por
OCDE/DAC para implementar las metas de la educación primaria universal, la
reducción de la mortalidad de lactantes y materna, el acceso universal a los
servicios de salud reproductiva, la equidad de género y la reducción a la mitad
de la pobreza extrema. Esta estrategia supone un auténtico compromiso hacia los
pobres de parte de los gobiernos de los países en desarrollo, incluir a las
organizaciones de la sociedad civil en la planificación y el diseño del apoyo al
sector social, enfoques de los donantes que abarquen a todo el sector, en lugar
del apoyo a los proyectos a través de la financiación presupuestaria, y una
mejor coordinación entre los donantes.
El papel de las ONG en la aplicación de la
iniciativa 20/20
La puesta en práctica de la Iniciativa 20/20
exige una fuerte asociación entre los gobiernos, los donantes, las ONG y el
sector privado. Las ONG tienen un rol importante en el logro del objetivo de
universalizar el acceso a los servicios sociales básicos. Por ejemplo, en Nepal,
las ONG canalizaron recursos a los programas sociales básicos equivalentes a la
décima parte del gasto total del gobierno en los servicios sociales básicos en
1995. En Malawi, el 40% de la atención a la salud se realiza por ONG (PNUD/Banco
Mundial, 1998).
Uno de los roles del sector sin fines de lucro en
el ámbito de los servicios, el de participar en la provisión de los mismos, se
debe parcialmente al hecho de que los gobiernos no tienen capacidad o recursos
suficientes para implementarlos. Pero las ONG que luchan por ampliar el acceso a
los servicios sociales básicos destacan la necesidad de que la financiación y
los servicios procedan del sector público central. Los gobiernos deben ser los
principales responsables de asegurar un mejor acceso y una orientación más
efectiva de los servicios sociales básicos. Aparte de su rol central en la
financiación y la provisión de los servicios básicos, el sector público también
necesita asegurar estándares adecuados y garantizar el derecho de todos los
ciudadanos a recibir esos servicios.
Las ONG en los países donantes lucharon con
fuerza por la Iniciativa 20/20. El punto se planteó en la Cumbre Mundial de
Desarrollo Social, y una declaración de las ONG se incluyó como parte del
informe de la reunión de Oslo, celebrada del 23 al 25 de abril de 1996. Diez ONG
internacionales asistieron a la reunión de Hanoi2
y pudieron participar plenamente en las discusiones. El consenso de Hanoi
refleja el siguiente aporte de las ONG (párrafo 28): «La reunión exhortó a las
organizaciones no gubernamentales y las organizaciones comunitarias a continuar
su trabajo y el diálogo con los gobiernos y organizaciones multilaterales de
desarrollo para fomentar una mayor responsabilidad, participación y mejor
orientación de los servicios sociales básicos hacia los pobres. Los ejemplos de
una mejor práctica en el diseño y la entrega de estos servicios se deben
compartir mejor entre los actores gubernamentales y no gubernamentales. Se
exhortó a los gobiernos a que establezcan un diálogo con la comunidad de ONG
sobre las estrategias, programas y fondos necesarios para proveer
servicios sociales básicos para todos».
Notas
1
«Aplicación de la Iniciativa 20/20: lograr el acceso universal a los servicios
sociales básicos».2 Son ellas: Care, Children’s
Alliance, Eurostep, German NGO Forum, IBFAN, ICSW, Oxfam, Social Watch, TWN y
World Vision.
2 Son ellas: Care, Children’s Alliance,
Eurostep, German NGO Forum, IBFAN, ICSW, Oxfam, Social Watch, TWN y World Vision.
Referencias
UNICEF/PNUD, 1998. Experiencias de cada país
evalúan la suficiencia, equidad y eficiencia del gasto público destinado a los
servicios sociales básicos. Trabajo para el encuentro de Hanoi sobre la
Iniciativa 20/20, del 27 al 29 de octubre de 1998.
Iniciativas de Desarrollo et alia, 1998. Mejorar los informes sobre el apoyo de
los donantes a los servicios sociales básicos: oportunidades y límites. Informe
técnico preparado por Iniciativas de Desarrollo, OCDE/DAC y UNICEF para la
reunión de Hanoi.
PNUD/Banco Mundial, 1998. Trabajando unidos para promover la Iniciativa 20/20:
el papel de GC, MR, REP, PAE y NHDR. Trabajo de fondo para la reunión de Hanoi.
PNUD et alia, 1998. Aplicación de la Iniciativa 20/20: lograr el acceso
universal a los servicios sociales básicos. Publicación conjunta de PNUD,
UNESCO, FNUAP, UNICEF, OMS y el Banco Mundial, setiembre 1998.
Earthscan, 1998. La realidad de la ayuda 1998/1999. Revisión independiente de la
reducción de la pobreza y la asistencia para el desarrollo, Londres.
Novib, Organización de Holanda de Cooperación
Internacional para el Desarrollo, es miembro de Eurostep y de Oxfam
Internacional.
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