Cuadro 1. Gasto del Gobierno y Porción del Sector Educativo
(en miles de millones de Cedis) - a
Año |
Total Gasto del Gobierno Central
|
Educación
|
1991 |
351,615 |
78,801 |
1992 |
510,813 |
119,382 |
1993 |
782,872 |
158,118 |
1994 |
1,149,572
|
213,901 |
Cuadro 1. Gasto del Gobierno y Porción del Sector Educativo (en miles de
millones de Cedis) - b
Año |
Total Gasto Recurrente
|
Educación
|
Educación Básica
|
1991 |
263,714 bn
|
74,452 bn
|
|
1992 |
373,258
|
107,842
|
73,333 |
1993 |
596,558
|
157,304
|
106,967 |
1994 |
838,926
|
189,231
|
119,217 |
Cuadro 1. Gasto del Gobierno y Porción del Sector Educativo (en miles de
millones de Cedis) - c
Año |
Total Gasto en Desarrollo
|
Educación
|
1991 |
76,548 |
78,801 |
1992 |
119,563 |
360 |
1993 |
164,353 |
4,216 |
1994 |
302,350 |
4,724 |
Tasa de cambio ($1 por cedis): 1991 = 386 cedis; 1992 = 437; 1993
= 649; 1994 = 935.
A partir del lanzamiento del programa
de reforma, el gobierno ha gastado sumas considerables en
capacitación docente y mejora de la supervisión y
monitoreo, provisión de textos y otros materiales, y
rehabilitación o provisión de salones de clase. En
1990/91 un cuarto de todas las escuelas primarias no
tenía salones o estructuras donde albergar a alumnos y
maestros de la lluvia y el sol. En por lo menos 14 de los
110 distritos del país, más de la mitad de las escuelas
primarias no tenían aulas.
La rehabilitación y provisión de
salones de clase ha sido parte importante del gasto de
capital del gobierno en educación básica en la última
década.
Financiación con donaciones
Desde mediados de los años 80, el
gasto del gobierno ha dependido fuertemente de los
donantes. En ese período la financiación de fuentes
multilaterales y bilaterales llegó a cerca del 10% del
PBI anual. El gasto del gobierno, especialmente el gasto
capital en educación, ha recibido apoyo considerable de
parte de los donantes, especialmente a partir de una
Conferencia de Donantes del Sector Social que se realizó
en Viena en 1986. El Banco Mundial, el mayor donante, ha
prestado un total de $170 millones para seis proyectos en
el sector de la educación desde 1991.
Los mayores donantes aparte del Banco
Mundial (IDA) incluyen a USAID que ha comprometido $35m
para mejorar la educación primaria; CIDA ha
proporcionado $14m para educación primaria y vocacional,
la ODA británica $8m para alfabetización y
capacitación de maestros para educación básica;
Noruega más de $8m para alfabetización y educación
escolar; el Fondo OPEC $4.4 para pabellones de escuela
primaria, el Programa Mundial de Alimentación, UNICEF,
GTZ, El Fondo Saudi, Suiza, la Unión Europea, el PNUD y
OIT.
OBCs y ONGs
Un número de ONGs internacionales
tienen su actividad en el sector educativo. Por ejemplo
Action Aid ha estado apoyando una serie de actividades en
la Región Este Superior -la parte del país con las
tasas de inscripción y alfabetización más bajas. Desde
1991 sus actividades en esa región han incluido
apadrinar niños para que concurran a la escuela
primaria, construcción o renovación de salones de
clase, pago por la capacitación de facilitadores para
alfabetización de adultos, y proporcionar material de
apoyo como lámparas y radios para estos programas.
Los grupos religiosos tienen una larga
y sustancial participación en proveer y financiar
educación. A los efectos de esta discusión no son
tratados como organizaciones de la sociedad civil por su
rol institucinal y su relación con el estado en el
sector educativo.
Las Organizaciones de Base Comunitaria
(OBC) han estado participando más activamente en la
educación que las ONGs. La participación actual de las
OBC en la provisión de educación básica no es sino un
resurgimiento de una antigua tradición. Su contribución
generalmente adopta una de tres formas: contribución
monetaria, donación de materiales de construcción u
otros efectos o aporte de mano de obra.
Recuperación de costos y
participación de padres/alumnos en el gasto.
Como era de prever, el apoyo de los
donantes ha venido junto con el aumento de su influencia
en la política educativa, especialmente en la cantidad y
distribución del costo de la educación. Se han tomado
varias medidas en este sentido. La contratación de
personal se congeló entre 1987 y 1992, y unos 13.000
trabajadores no docentes fueron despedidos a nivel
secundario y terciario, y muchos "docentes
temporarios sin capacitación y con baja calificación
académica" no fueron re-contratados. Los materiales
escolares se venden ahora al costo, con una recuperación
parcial en el caso de los textos de educación básica, y
recuperación total para el nivel secundario. A nivel
terciario opera un plan de préstamos subsidiados para
estudiantes. Los subsidios para alimentación se han
suprimido a nivel secundario y terciario.
Desde el comienzo de las reformas en la
educación el Banco Mundial y los donantes de Occidente
han presionado mucho para que una parte mayor del gasto
creciente por la educación sea aportado por el alumno o
sus padres. Conjuntamente con esto el Banco ha insistido
en la ampliación de la provisión privada de educación.
En 1991/92 había 1,8 millones de alumnos en 11.064
escuelas primarias públicas, comparado con 142.274 en
542 escuelas primarias privadas, principalmente urbanas.
El peso creciente que sobrellevan los
padres/alumnos, si bien deriva todo de la política del
gobierno central, proviene de cuatro fuentes:
* como resultado directo de la
política o decisión del gobierno central;
* gravámenes y cargas impuestas por
organismos locales.
* cargas impuestas por las autoridades
escolares, particularmente en zonas urbanas
* pago de enseñanza privada para
compensar las carencias del sistema de educación formal.
Hoy en día los alumnos entre tercero
de primaria y el final de la escuela secundaria básica
pagan una tarifa aprobada con el propósito de cubrir la
mitad del costo de reposición de los textos, deportes,
gastos de la Asociación de Padres y Maestros (PTA) y
eventos culturales.
A fines de 1995, el cargo en la
Municipalidad de Tema se desglosaba así: Gravamen de la
Asamblea de Distrito 900 cedits Cultura 500 cedits
Deportes 500 cedits APM 100 cedits.1 Los padres afrontan también demandas
financieras y de tiempo ad hoc para aportar una gama de
servicios educativos. En las zonas rurales la mano de
obra constituye una parte importante de estas
contribuciones, mientras que en las zonas urbanas lo es
el equivalente en efectivo.
Las Comunidades que se benefician del
Proyecto de Desarrollo de la Escuela Primaria contribuyen
con una serie de tareas o aportes materiales y de mano de
obra. Las tareas incluyen:
* limpieza de terrenos para los
pabellones
* movilizar mano de obra para
terminarlos y equiparlos en seis meses, aportar el
cemento para el hormigón y el pizarrón, y ocuparse del
mantenimiento subsecuente.
El corrimiento y aumento de los costos
para los padres se une a la devolución de algunos de los
costos de educación a los gobiernos locales como parte
de las políticas descentralizadoras del gobierno. Ha
habido una explosión de tributos impuestos por los
gobiernos locales a partir de 1988, el año de la reforma
del gobierno local que vio la creación del sistema de
Asambleas de Distrito. Además de sus propias exigencias,
muchas autoridades locales permiten a las APMs que
impongan sus propias tarifas para distintos propósitos.
La abolición de las tarifas no autorizadas es una
condición para que una comunidad se beneficie del
Proyecto de Desarrollo de la Escuela Primaria financiado
por el Banco Mundial. No hay indicadores del impacto de
este condicionamiento.
La evidencia anecdótica indica que un
gran número de comunidades no ha podido vestir sus
pabellones porque no pudieron reunir la cantidad
necesaria. Según un alto funcionario de la educación en
muchas aldeas el primer lote de pabellones construido a
fines de 1980 se ha convertido en "corrales de
cabras". Muchos de los que se están construyendo
con el programa actual, que a diferencia de los
anteriores tienen piso de cemento, se están utilizando
como salones de clase sin paredes. En un caso, una
escuela de niños predominantemente pobres en la ciudad
dormitorio de Ashiaman, cerca de la ciudad puerto de
Tema, exigió a cada uno de los padres de sus 198 alumnos
20.000 cedis para terminar de equipar un pabellón de
seis salones aportado por el gobierno. Sólo tres padres
pagaron todo, y se reunió un total de 168.000 cedits,
apenas suficiente para un salón.
La influencia comunitaria no está a
tono con las contribuciones
La creciente contribución directa,
financiera y material, de los padres y las comunidades a
la provisión de educación básica no se corresponde con
su rol en la política educativa ni a nivel del gobierno
local ni de las escuelas. En teoría se espera que las
APMs constituyan un foro para que los padres participen
en la dirección de la política y gestión de las
escuelas de sus hijos.
En la práctica el único propósito que cumplen las APMs
es el de ser foros en que los padres se juntan para hacer
aportes financieros a la escuela o mobilizar mano de obra
de la comunidad para un proyecto educativo. Los
funcionarios de la educación son reacios a que los
"no profesionales" participen en la
supervisión de los maestros. A menudo las quejas de los
padres sobre los maestros se encuentran con una defensa
de los mismos por parte de los funcionarios de la
enseñanza.
Por encima de las APMs, los integrantes
de la Asamblea de Distrito no son más responsables ni
rinden cuentas a su electorado. La relación es de arriba
hacia abajo, del miembro de la Asamblea al elector, y el
contenido principal de la relación es la contribución
financiera o material de este último para concretar la
decisión tomada por la estructura de la que forma parte
el primero.
El problema de la marginación de los
ciudadanos de la gestión de las escuelas y la
elaboración de políticas educativas debe ser visto
dentro de una larga historia de gobierno autoritario y
sin controles en Ghana, y una débil movilización de la
sociedad civil en contra de esto.
Resultados de la política educativa
No existe información al día sobre
los efectos de la política educativz a través de las
décadas, o si la hay, es incompleta.
La Encuesta de Niveles de Vida de Ghana ("Ghana
Living Standards Survey") publicada en diciembre de
1994, que brinda la información más completa sobre los
resultados de la educación, cubre el período entre
setiembre de 1991 y setiembre de 1992. Sin embargo, si
bien la información que contiene no cubre los períodos
más recientes, la tendencia que el informe refleja sigue
siendo una guía lo suficientemente precisa para el
desarrollo en resultados educacionales para el momento
actual. Las tendencias que muestra son alentadoras,
juzgando en términos de índices tales como los niveles
de asistencia escolar y su distribución por género,
estamento social y localización geográfica. Los cuadros
2, 3 y 4 permiten correlacionar las asistencias a la
escuela con el grupo etario, género, localización
(rural o urbana), región e ingreso.
Cuadro 2. Tasa de Asistencia Escolar, por Región, Género y Edad
Región |
6–11 (Grupo Etario)
|
12–15 (Grupo Etario)
|
16–18 (Grupo Etario)
|
19–25 (Grupo Etario)
|
6–25 (Grupo Etario)
|
|
M |
F |
M |
F |
M |
F |
M |
F |
M |
F |
Total |
Oeste |
83.6 |
75.7 |
83.2 |
75.5 |
60.3 |
47.3 |
8.8 |
6.O |
64.5 |
54.3 |
59.5 |
Central |
77.6 |
72.4 |
83.3 |
71.4 |
61.O |
51.7 |
26.8 |
6.1 |
68.O |
53.7 |
60.8 |
G. Accra |
87.8 |
85.4 |
93.2 |
77.7 |
65.9 |
52.5 |
33.3 |
15.4 |
72.8 |
61.O |
66.6 |
Este |
87.5 |
83.5 |
90.4 |
81.1 |
57.1 |
36.5 |
19.6 |
5.6 |
73.5 |
57.5 |
65.6 |
Volta |
8O.O |
81.4 |
82.7 |
81.5 |
63.5 |
31.8 |
40.9 |
15.4 |
69.5 |
61.1 |
65.6 |
Ashanti |
89.1 |
81.8 |
94.O |
76.O |
55.O |
36.3 |
21.6 |
6.1 |
70.1 |
53.4 |
61.7 |
Brong Ahafo
|
86.1 |
83.5 |
83.3 |
82.5 |
65.9 |
53.6 |
19.O |
6.4 |
69.6 |
62.1 |
66.O |
Norte |
57.2 |
31.3 |
63.3 |
31.5 |
40.9 |
22.6 |
30.6 |
12.8 |
51.1 |
25.8 |
39.7 |
Noroeste |
34.3 |
33.8 |
30.8 |
35.5 |
42.1 |
33.3 |
13.O |
6.7 |
31.1 |
28.4 |
29.8 |
Noreste |
30.2 |
31.9 |
44.8 |
34.1 |
14.3 |
15 |
22.2 |
O.O |
31.1 |
25.7 |
28.6 |
Todos |
77.O |
71.9 |
81.5 |
70.8 |
56.9 |
41.1 |
24.6 |
8.5 |
64.9 |
52.4 |
58.8 |
Cuadro 3. Tasa de Asistencia Escolar por Edad, Localidad y Género
|
Accra
|
Otra Urbana
|
Rural
|
Todo el País
|
Grupo Etario
|
Masc. |
Fem. |
Masc. |
Fem. |
Masc. |
Fem. |
Masc. |
Fem. |
Todos |
6–11 |
91.3 |
87.7 |
87.5 |
80.2 |
72.1 |
67.O |
77.O |
71.9 |
74.6 |
12–15 |
97.7 |
74.2 |
87.8 |
74.7 |
77.6 |
68.5 |
81.5 |
70.8 |
76.6 |
16–18 |
69.2 |
53.6 |
64.3 |
47.2 |
51.7 |
35.2 |
56.9 |
41.1 |
49.1 |
19–25 |
35.6 |
17.1 |
33.8 |
11.6 |
18.8 |
5.7 |
24.6 |
8.5 |
16.O |
Todos |
75.2 |
61.O |
72.2 |
56.9 |
60.9 |
49.2 |
64.9 |
52.4 |
58.8 |
Cuadro 4. Tasa de Asistencia Escolar para cada Quintil de Ingreso, por localidad y
género
|
Accra
|
Otros Urbanos
|
Rural
|
Todo el País
|
Quintil |
Masc. |
Fem. |
Masc. |
Fem. |
Masc. |
Fem. |
Masc. |
Fem. |
Todos |
Primero |
70.4 |
53.5 |
59.6 |
40.4 |
52.3 |
42.1 |
53.8 |
42.3 |
48.2 |
Segundo |
66.2 |
51.8 |
65.5 |
56.O |
63.8 |
49.1 |
64.4 |
50.9 |
58.2 |
Tercero |
69.6 |
67.2 |
74.3 |
59.3 |
64.5 |
53.6 |
68.1 |
56.5 |
68.2 |
Cuarto |
79.3 |
57.9 |
78.2 |
61.8 |
67.6 |
54.1 |
72.4 |
57.1 |
64.8 |
Quinto |
83.3 |
66.9 |
83.5 |
60.9 |
68.9 |
57.6 |
76.6 |
60.9 |
68.0 |
Todos |
75.2 |
61.O |
72.2 |
56.9 |
60.9 |
49.2 |
64.9 |
52.4 |
58.8 |
En 1992, de un total de población en
edad escolar de 6.9 millones de personas, unos 4.1
millones, es decir el 59% concurrían a las escuelas.
Desglosado por género, grupo etario,
lugar y región de residencia, la historia es más
desalentadora aún. Comenzando con los grupos etarios:
los niveles más altos de asistencia, tanto para varones
como para niñas, se registran en dos grupos, de 6 a 11
años de edad y de 12 a 15. Esto se corresponde con los
grupos de educación básica, es decir con la escuela
primaria y la secundaria básica.
Más allá de estas, la asistencia baja
considerablemente. Así es que para el grupo de entre 6 y
11 años la asistencia de varones fue del 77,0%, con el
71% para las niñas; en el grupo entre 12 y 15, 81.%
varones y 70,8% niñas. Para el próximo grupo, el de 15
a 18, es decir la edad para la secundaria superior, la
asistencia baja a 56,9% para varones y 41,1% para
mujeres. Al llegar al nivel terciario, entre 19 y 25, la
asistencia bajaba a 24,6% para varones y 41,1% para las
niñas. Al llegar al nivel terciario, entre 19 y 25
años, la sistencia había caëdo a 24,6% para los
hombres y 8,5% para las mujeres.
Pero incluso el grupo de educación
básica se ve afectado por altos coeficientes de
deserción. Entre 1990 y 1991 hubo un 4,2% de deserción
sobre la inscripción.
Esta tendencia en descenso de la
asistencia escolar tiene también su dimensión regional
y rural/urbana. En todos los grupos etarios, la
asistencia es más alta en las zonas urbanas que en las
rurales. El 75% de los varones, y el 61% de las niñas
asistían en Accra; el 72,2% y el 56,9% respectivamente
en otras zonas urbanas, comparado con el 60,9% y el 49,2%
en zonas rurales. La brecha se ensancha en términos
regionales, donde la división norte-sur es evidente.
En las regiones del Sur, la asistencia va entre el 60 y
el 65%. Sin embargo, en las tres regiones del norte del
país, baja al 28-29% de la asistencia escolar.
Las diferencias de género atraviesan
los grupos etarios, y las divisiones rural/rubana y
regional. La asistencia de las niñas es consistentemente
menor a la de los varones en todos los sectores. Sin
embargo son más pronunciadas las diferencias en las
edades mayores, en las zonas rurales y en las regiones
del norte del país. Sólo un 9% de las mujeres están
inscritas en el grupo de 19 a 25 años, comparado con un
25% de los hombres en el mismo grupo etario. En la
región Este superior, no hay inscritas mujeres de 19 a
25 años, comparado con 22.2% de hombres que sí lo
están.
Hay una correlación definida entre
estas tendencias y algunos elementos básicos de la
política educativa, especialmente el marco de
recuperación de costos/costos compartidos que pasa el
peso de aportar las instalaciones y equipamiento
escolares a los padres y las comunidades. Un estudio
realizado por UNICEF entre diciembre de 1992 y marzo de
1993 para determinar los factores que llevan a la
no-inscripción y abandono entre niños de primaria -en
dos distritos urbanos y seis rurales- encuestó a
líderes comunitarios, maestros, padres de niños que
habían abandonado la escuela, padres de niños no
inscritos, niños no inscritos y que habían desertado.
Los factores que descubrió fueron el alto costo de las
tarifas oficiales y de los uniformes, la falta de
instalaciones (en 1990/91, el 23% de las escuelas
públicas no tenían salones para proteger a maestros y
niños de la lluvia); niños que trabajaban para obtener
ingresos, o que cumplían tareas.
Un estudio de pobreza realizado en 1995
con el apoyo del Banco Mundial ilustra la tendencia de la
asistencia escolar a caer en el nivel secundario
superior, entre los 16 y 18 años y más. El estudio
encontró que "esta situación...ha surgido
fundamentalmente porque, en el marco del costo
compartido, las comunidades no sólo son responsables de
la financiación de las necesidades de capital y
mobiliario escolar, sino también de aportar herramientas
y otros rubros necesarios para el programa." Esta
correlación se vuelve aún más clara cuando se mira la
tendencia en términos de divisoria rural/urbana. (ver
Cuadro 2). El énfasis en una movilización de recursos
comunitarios y pago de las escuelas por los hogares
significa que aquellas comunidades y hogares que menos
capacidad tienen son los que más sufren.
El Banco Mundial, en su "Ghana
2000 and Beyond" resume así este punto:
"Los costos monetarios de la
escolaridad no son triviales, y pueden disuadir a algunos
padres de enviar a sus hijos a la escuela. Por lo menos
dos tercios de los gastos privados rela- cionados con la
asistencia escolar está dedicado a items más allá de
la contribución escolar, los textos y materiales
didácticos. En muchas comu- nidades los residentes
aportan mano de obra y materiales para construir los
edificios escolares. Las contribuciones escolares a nivel
primario y secundario (público) llega a los 308 cedits y
3.522 cedits respectivamente en zonas rurales, y a 1.10
cedits y 8.352, respectivamente, en Accra. Los gastos de
alimentación relacionados con la escuela, los libros y
otros materiales, agregan unos 2.000 cedits para escuelas
primarias y 7.000 para secundarias en zonas rurales, y
unos 6.000 y 15.000 respectivamente en Accra para estos
gastos. Los mismos no son triviales para los hogares más
pobres. Para los del quintil más bajo del gasto, los
gastos per capita promediales para enseñanza primaria
representan un 12% del total de gastos de capita; para
secundaria básica un 17% y para secundaria superior, un
41%."
El efecto de esto puede medirse en las
siguientes cifras, que reflejan el acceso de niños de
distintos ámbitos sociales a los distintos niveles de
educación. Si bien a nivel de escuela primaria la
asistencia para el quintil más pobre fue más alta que
para el más rico, al llegar a la secundaria la
situacián se había revertido para revelar una ancha
brecha ahora en favor de los más ricos:
primaria:
quintil más pobre, 22%
más rico, 14%
secundaria:
más pobre, 15%
más rico, 20%
terciaria:
más pobre, 6%
más rico, 45%.
Lo expresado se aplica no sólo a la
asistencia sino también a la calidad de la enseñanza.
En general el resultado de la política educativa medido
en aprendizaje ha sido muy pobre. De acuerdo con el
Estudio de Asistencia por País del Banco Mundial de
1995, en dos pruebas sucesivas aplicadas a estudiantes de
sexto año de primaria, se encontró que "sólo
alrededor del 2% de los alumnos podían contestar
correctamente más del 60% de preguntas relativamente
sencillas de matemáticas e inglés." El 40% de
todos los egresados de la escuela son analfabetos
funcionales.
Nuevamente, esto afecta en forma
diferente a los distintos grupos sociales y regionales.
En las dos ciudades más grandes, Accra y Kumasi, la
cantidad de escuelas privadas, donde los padres más
pudientes gastan de 2 a 4 veces más por niño que los
padres cuyos niños concurren a la escuela pública, ha
crecido en forma pronunciada. Para "quienes pueden
pagar los honorarios, estas escuelas aumentan
sustancialmente las probabilidades de que sus niños
ingresen en buenas escuelas secundarias y terciarias,
fortaleciendo así la alta correlación entre desempeño
escolar e ingreso."
Por último, hay un desfasaje entre los
objetivos de la reforma y la realidad, entre las
aspiraciones de los usuarios y el curriculum reformado,
particularmente para las escuelas del primer ciclo. El
estudio sobre pobreza realizado por el Banco Mundial en
1995 "Ghana Poverty, Past, Present and Future"
establecía que
"las reformas no están
cumpliendo con los objetivos para los que fueron
diseñadas. Tanto en zonas rurales como urbanas, la
implementación del componente de capacitación técnica,
pieza fundamental del programa de reforma educativa, es
ampliamente insatisfactorio. En caso tras caso -en
escuelas, comunidades y en el Servicio de Educación de
Ghana, los informantes se refieren a la falta de
herramientas, edificios de trabajo y docentes
capacitados. Esta situación...se ha producido
principalmente porque, en el marco de los costos
compartidos, las comunidades no sólo son responsables
del financiamiento de necesidades de capital y mobiliario
escolar, sino también de aportar herramientas y otros
materiales necesarios para el programa. En forma
consistente, por lo tanto, el objetivo de la
capacitación técnica se ve socavada por la alta
incidencia de la pobreza."
La visión estratégica de la
educación que es relevante para Ghana, la que crea
fuerza de trabajo capacitada para el despegue económico
está pues siendo socavada por su precondición :
transferir el peso de la educación a las comunidades
locales y a los padres.
Nota:
1 El "Cedi" es la unidad monetaria de
Ghana.