La Salud: Enferma
Aida Seif El Dawla
New Woman Research Centre
La preparación de este informe se
enfrentó con la casi insuperable dificultad para obtener
los datos necesarios. El acceso a la información del
Ministerio de Salud (MOH) es virtualmente imposible y los
detalles de gastos del ministerio sencillamente "no
están disponibles". En lo nacional, no existe un
plan de erradicación de la pobreza, y las
recomendaciones de la Cumbre Social no están en la
agenda de nadie. Esto contrasta de alguna manera con la
posición del gobierno con respecto a las recomendaciones
de las otras dos conferencias de ONU realizadas en los
últimos dos años, la CIPD y la conferencia de Beijing
sobre la Mujer. El primer encuentro de seguimiento para
la implementación del Plan de Acción tuvo lugar en
enero de este año, y algunas recomendaciones selectas de
la conferencia de Beijing se están discutiendo allí en
una serie de seminarios. Está agendada una conferencia
nacional sobre la mujer para marzo próximo, de la cual
no han sido informadas aún las ONGs, que tampoco han
sido invitadas. Se había planificado un intento de
seguimiento de la cumbre social hace algunos meses, pero
este encuentro fue prohibido, alegándose que la ONG
organizadora no estaba registrada en el Ministerio de
Asuntos Sociales. Sin embargo, la misma ONG organizó dos
semanas después una importante conferencia sobre los
derechos de las mujeres parlamentarias y no encontró
interferencias por parte del gobierno.
El siguiente panorama sobre el impacto
de los Planes de Ajuste Estructural (PAE) sobre la salud
en Egipto está basado entonces en algunas fuentes
limitadas de datos que pudimos obtener con la ayuda de
amigos y relaciones personales, así como en un informe
de Monitoreo de la Pobreza que está siendo diseñado por
una ONG egipcia, el Centro de Servicios a Sindicatos y
Trabajadores (CTUWS) y la experiencia personal de la
autora del presente informe de 17 años de trabajo en un
hospital universitario, que en una época brindaba
servicios sin cargo para miles de pacientes y sus
familias de El Cairo y del resto del país.
El Informe Mundial sobre Desarrollo de
1993 (Inversión en Salud- Indicadores de desarrollo
mundial) señala que "En lo que concierne a los
servicios clínicos, la principal falla de los gobiernos
de la mayoría de los países es el intento de
proporcionar todo para todo el mundo, sin distinción
entre servicios más y menos esenciales, o pacientes más
o menos necesitados.
Esta presunción de que todo el mundo en Egipto,
necesitado o no, está utilizando los servicios
subsidiados de salud del sector público estatal, es la
justificación que esgrime el gobierno egipcio para
lanzar un proceso de privatización de los servicios de
salud, adoptando una política de restringir el servicio
público y subsidiado de salud sólo a aquellos que no
tienen acceso a servicios no subsidiados. En los hechos,
la baja calidad de los servicios de salud que brinda la
amplia base de centros primarios de atención a la salud,
que generalmente carecen de equipamiento y personal
capacitado, ha restringido siempre el uso de estos
servicios a aquellos que no pueden acceder a otros más
onerosos. El sector privado, ya sea en clínicas u
hospitales privados, aunque se ha expandido en los
últimos diez años, siempre ha sido parte integral de
los siete diferentes sistemas de salud que operan en
Egipto, de los cuales seis ofrecían sólo servicios
pagos, independientemente de si el pago lo hacía el
usuario o un sistema de seguros que cubría sectores
limitados de la comunidad.
Las personas cuyos ingresos se lo
permiten, han optado siempre por recurrir a clínicas del
sector privado, por su reputación de mejor servicio. No
tiene fundamento la afirmación de que el sector público
o servicio de salud gratuito haya sido utilizado jamás
en forma de modo alguno significativa por personas que
puedan pagar por sus necesidades de salud. Es más, las
personas que solían concurrir a las clínicas externas
de los hospitales universitarios a fines de los setenta y
comienzos de los ochenta no tenían necesidad de probar
su pobreza y falta de recursos -eran evidentes a primera
vista. Y es esta categoría de pacientes, la de los más
pobres entre los pobres, la que prácticamente ha
desaparecido entre quienes concurren a los hospitales
universitarios semiprivatizados.
Los PAEs y la Salud.
Egipto se incorporó a la red de PAEs
en el año fiscal de 1985/1986, cuando entró en
negociaciones con el Banco Mundial/FMI.
Ha sido parte integral de las PAEs en Egipto el retiro
gradual del Estado de los subsidios a bienes esenciales y
servicios básicos. Dentro de estos últimos, la
educación y la atención a la salud son los que más han
sufrido.
Rasgo saliente de los efectos de las PAE en la salud ha
sido el estímulo a iniciativas sobre salud en el sector
privado. Esto ocurrió en dos dimensiones. ('Proyectos de
Salud con Recuperación de Costos', proyecto número
263-0170)
La privatización de espacio público en los
hospitales del sector público.
Ya en 1988 se adjudicó la fuerte suma
de $95 millones para un proyecto denominado
"programas con recuperación de costos para la
salud". Este proyecto fue presentado al parlamento
en idioma árabe, bajo un título flagrantemente mal
traducido donde 'recuperación de costos' estaba
traducido como 'convalescencia'. El proyecto fue aprobado
por el parlamento en una sola sesión. Lo que implicaba
era que el Ministerio de Salud y USAID implementarían
este proyecto a través de un sistema de desembolso
basado en el rendimiento, que procura cambios hacia una
política de recuperación de costos y planes de
implementación que instituyan tarifas para usuarios y
sistemas mejorados de gestión en 50 dependencias del
Ministerio de Salud, y las convierte bajo el componente
uno en instituciones de recuperación de costos, que
utilizan las tarifas para usuarios y sistemas de gestión
mejorada.
El objetivo final de ese proyecto era
"mejorar la salud del pueblo egipcio". Las
mediciones que se adoptaron, por lo tanto, fueron el
incremento progresivo en la expectativa de vida y una
disminución de la mortalidad en lactantes y menores de
cinco años. El acceso a la salud o la falta del mismo no
se tomaron como indicadores en la evaluación del
proyecto.
El proyecto de recuperación de costos
fue administrado por un "Comité Ejecutivo Conductor
del Proyecto de Recuperación de Costos", que fue
designado por el Ministro de Cooperación Internacional
con el cometido de brindar asistencia en forma de
políticas, asesoramiento y coordinación a las
actividades y participantes de los proyectos. Los
miembros eran representantes del Ministerio de Salud,
Ministerio de co-operación Internacional, la
Corporación Egipcia de Garantía de Créditos, la
organización de Seguros de Salud, la Organización de
Asistencia Curativa, el Sindicato Médico, una
institución privada de asistencia de salud y un
proveedor de USAID. Los beneficiarios representados en
esta comisión involucraban, por lo tanto, al gobierno,
las instituciones de salud, las profesiones médicas, los
bancos y los donantes. El consumidor, por supuesto, no
estaba representado.
Lo que este proyecto implicaba era
literalmente la venta de los servicios e instalaciones de
salud del sector público a quienes pueden pagar. El rol
de la sociedad civil en el campo de la salud se
restringió al de proveedora de honorarios-por-servicios
en el sector privado, o contribución al cuidado de la
salud a través de ONGs que solicitan fondos para sus
propios proyectos y brindan servicios que duran tanto
como dura el proyecto. Los centros primarios de atención
a la salud a menudo albergan proyectos de este tipo, si
son realizados conjuntamente con el gobierno, en cuyo
caso la locación florece durante unos pocos años y
luego es abandonada nuevamente. Las personas vinculadas
con esos proyectos utilizan términos como "antes
del proyecto", "después del proyecto",
etc., para enfatizar las diferencias en cuanto a
personal, servicios, atención, etc. Un ejemplo claro de
este vertimiento selectivo de fondos relacionado con
proyectos puede verse en los hospitales universitarios.
Los departamentos que alojan algún proyecto de salud con
financiación extranjera se destacan como barrios
distinguidos en medio de tugurios -viniendo a ser estos
los departamentos que no conseguían alojar proyectos
similares, o establecer en su seno unidades
"económicas" basadas en el principio de
recuperación de costos. En ausencia de asignación de
recursos a los hospitales universitarios, a los pacientes
y sus familias se les pide constantemente que
complementen el tratamiento que reciben en dichos
hospitales, comprando medicamentos, instrumentos
quirúrgicos, etc. En los departamentos de cirugía, ya
sea que el paciente vaya a ser operado o no, los
familiares tienen que pagar literalmente con su propia
sangre (es decir, como donantes compulsivos de sangre)
para que sus familiares sean admitidos.
El estímulo a las prácticas privadas.
El segundo componente del proyecto
mencionado implica el estímulo a las iniciativas de los
médicos para establecer sus prácticas privadas. Los
médicos de los servicios públicos de salud, cuyos
salarios son demasiado bajos para mantener un nivel de
vida mínimamente decoroso, son alentados a solicitar
pequeños préstamos para establecer clínicas privadas
en barrios marginales urbanos y zonas rurales
empobrecidas. La preocupación de estos médicos es
solamente generar ingresos. Enumerarlos como proveedores
de asistencia en salud al servicio de los pobres es una
farsa, ya que sus honorarios y la calidad del servicio
que brindan están determinados por el principio de la
mayor ganancia posible.
Cifras oficiales.
Según el Resumen del Ministerio de
Planificación del tercer plan quinquenal de desarrollo
económico, al sector de la salud (pública y privada) se
le asignó la cifra menor de gastos de inversión entre
el resto de los sectores (1.5%) El gasto total en salud
en 1990 fue de $921 millones, o $18 per capita.
('Ministerio de Planificación, Resumen del tercer Plan
Quinquenal, 1992/93 - 1996- /97, MOP, julio 1993, p.3,
Apéndice) El sector curativo figura en primer lugar
entre los distintos sectores en cuanto a la cantidad
total de componentes monetarios y físicos asignados de
fuentes tanto locales como de donantes extranjeros. Le
sigue el sector salud básica que recibe alrededor de un
tercio del gasto total. (Heba Nassar, 'Salud y Desarrollo
Humano', parte del estudio conducido por INP y UNDP sobre
el IDH (Informe sobre Desarrollo Humano) en Egipto, 1993.
El Informe sobre Desarrollo Humano en
1995 ubica a Egipto entre los países con un desarrollo
humano medio. El gasto público en salud bajó del 3% al
2.8% del gasto total y al 1% del GDP (Informe Egipcio
sobre Desarrollo Humano, 1994). Esto está por debajo del
promedio para el Africa sub- Sahariana de alrededor del 4
% (Informe del Monitoreo de la Pobreza, CTUWS, en
preparación), El 65% de este presupuesto es consumido
por salarios, que comienzan en un nivel muy bajo y no
logran seguir el ritmo de la inflación (DANIDA, 1994)..
Con este gasto en salud y con una población de la cual
el 33.9% son pobres y 7.6% ultra pobres, el acceso a
servicios de salud basados en recuperación de costos se
torna casi imposible.
En 1994 Egipto fue el único de los
países árabes que no quiso o no pudo proporcionar al
Consejo de Población datos sobre el acceso de la
población en general a los servicios de salud. (Informe
de Monitoreo de la Pobreza, CTUWS, en preparación) Y sin
embargo el "Informe sobre Desarrollo Humano"
del PNUD de 1995 y el "Informe Egipcio sobre
Desarrollo Humano" de 1994 sostienen que el acceso a
los servicios de salud es de un 99% en áreas rurales y
100% en áreas urbanas. Esta cobertura en salud de casi
100%Wdel país se basa en una distribución geográfica
teórica de los centros de atención a la salud
establecidos en los sesenta y a comienzos de los setenta
que se proponía -y lo logró en algún momento- cubrir
todo el país y confirmar el derecho constitucional de
servicios de salud gratuitos para todos. El hecho es que
la mayor parte de aquellas dependencias de salud están
hoy en día tremendamente sub- utilizadas. Un documento
informativo sobre la cooperación danesa/egipcia en el
sector de la salud señala: "es fácil encontrar
unidades de salud totalmente desiertas, sin pacientes ni
médicos que las atiendan." El documento continúa:
"La deserción de las unidades de salud en las
áreas rurales se ha vuelto lo suficientemente
significativa para que el programa vigente de
supervivencia infantil financiado por USAID ni siquiera
intenta trabajar a través de estas unidades rurales,
sino que concentra en cambio sus intervenciones
directamente en los hospitales del gobierno, reconociendo
el hecho de que estos hospitales son la primera línea de
proveedores de atención para una gran parte de la
población. Esto es enormemente problemático: en primer
lugar los objetivos de los hospitales y médicos privados
no incluyen la atención primaria de la salud, por no
hablar del cuidado preventivo; en segundo lugar el uso de
hospitales generales y especializados como primera línea
de proveedores de atención no es para nada eficiente en
función de los costos."
Estas observaciones son doblemente
significativas si tenemos en cuenta que USAID es por
lejos el mayor de los contribuyentes al sector salud en
Egipto. Sus opciones sobre por dónde canalizar su dinero
no sólo trazan el mapa de las instituciones de servicio
a la salud en Egipto, sino que determinan a partir de
esto quiénes y cuántos son los beneficiarios de los
servicios de salud, y quiénes no.
El condicionamiento de la ayuda a la
salud ha sido cuestionado y debatido por varias ONGs que
trabajan en esta área y la de los derechos humanos. Un
funcionario del Ministerio de Salud concurrió a un
encuentro sobre las prioridades en salud reproductiva
cuyo anfitrión fue el Consejo de Poblac-ón, y se le
interrogó sobre el uso acotado del concepto de salud
reproductiva, y su restricción a la planificación
familiar y control de la natalidad, ignorando todos los
demás componentes del cuidado primario de la salud para
mujeres de todas las edades. La respuesta del funcionario
fue que la ayuda recibida en salud es condicionada por el
donante por área de gastos, y es con frecuencia en
especies, no dejando por lo tanto lugar a reasignarla de
acuerdo con las prioridades. En lo que toca a las mujeres
los métodos de control de la natalidad son LA prioridad
a ojos de los Donantes.
Varios informes estiman la cobertura de
salud en Egipto en un 100%. No hace falta siquiera que
salir de la ciudad para darse cuenta de que esto esta muy
alejado de la realidad. Varios indicadores cuestionan
esta cifra: en Egipto un 75% de las mujeres embarazadas
sufren de anemia, y la mortalidad materna es de
270/100.000 nacidos vivos. Además el 49% de los
nacimientos se producen sin atención de personal médico
o capacitado, sólo un tercio son atendidas por médicos
o enfermeros, y un quinto de las mujeres dan a luz en
instituciones. Otro desafío a la cifra alegada del 100%
de población cubierta por servicios de asistencia a la
salud es la tasa de mortalidad infantil de 67 por 1000 y
la tasa de mortalidad en menores de cinco años de
59/1000 nacidos vivos. Los investigadores de las áreas
rurales y marginales sugieren que las tasas de mortalidad
infantil son más altas que las registradas en los
documentos oficiales. Señalan el alto coeficiente de
sub-registro, que estiman entre un 11 y un 25%. La
principal causa de muerte neonatal son complicaciones del
embarazo tales como el tétano neonatal y el trauma en el
parto. Esta proporción desciende a alrededor del 20%
para muertes infantiles en que las diarreas e infecciones
respiratorias agudas son el 58% del total de muertes de
lactantes, enfermedades todas que deberían ser tanto
prevenibles como tratables a un nivel primario de
atención. ("Informe sobre Desarrollo Humano en
Egipto, 1994")
Salud y desempleo.
Según datos del Banco Mundial las
tasas de desempleo han llegado hoy a un 17% afectando a
2,8 millones de personas. Entre los desempleados
documentados, los más golpeados han sido las mujeres,
los jóvenes y aquellos que no poseen experiencia previa
de trabajo, que tienen un nivel de desempleo del 75,4%.
En este grupo, es a las mujeres a quienes les va
proporcionalmente peor. Para los jóvenes graduados de la
secundaria, se calcula el desempleo en un 65.4%
(Monitoreo de la Pobreza, CTUWS, en preparación) Se
calcula que el desempleo global entre las mujeres está
en alrededor del 60%, si bien la unidad estadística de
la ONU registra en 1991 un nivel mucho más alto del 89%.
(Nahed Toubia, ed., en "Mujeres árabes, Un perfil
de diversidad y Cambio", Consejo de Población,
Cairo, 1994, p. 47.) Se espera que estas tasas de
desempleo aumenten con la venta de fábricas y empresas
del sector público y despido de trabajadores, que
inicialmente eran beneficiarios de los seguros de salud
provistos por sus lugares de trabajo. Los trabajadores
que no estaban cubiertos por seguros de la compañía,
que son muchos y se espera que sean aún más al
implementarse la nueva ley del trabajo, se encuentran sin
cobertura de seguro alguna, y deben recurrir a la tarifa
existente para servicios de atención a la salud. Las
conclusiones de los estudios de casos realizados en
preparación del informe para monitoreo de la pobreza con
individuos integrantes de 150 familias revelan que los
cabezas de familia que trabajan en el sector formal,
generalmente hombres, recurren a sus instituciones de
trabajo para el cuidado de su salud, mientras que sus
esposas e hijos tienen que utilizar servicios tarifados
de salud. En la mayoría de los casos el gasto en salud,
que habitualmente incluye las visitas del médico y los
medicamentos pueden llegar a una suma de 20 a 30 libras
por mes, aparte de las familias en las cuales uno de los
miembros sufre una enfermedad crónica, en cuyo caso la
cantidad requerida puede ser aún mayor. Si se tiene en
cuenta que el 40% de la población de Egipto vive por
debajo de la línea de pobreza (estimada en 831 LE/
anuales para áreas urbanas, y 680 LE en áreas rurales
según los anexos del informe del Banco Mundial No.
8515-EGT sobre alivio de la pobreza y ajuste en Egipto),
está claro que esas 20 - 30 libras no son pequeña parte
del presupuesto familiar. El no acceso a la atención de
la salud para amplios sectores de la población se hace
aún más grave cuando se tiene en cuenta el hecho de que
los precios farmacéuticos se han incrementado en hasta
un 300% en los últimos 5 años, y la industria nacional
del medicamento se enfrenta a una competencia muy
desigual por parte de las internacionales del medicamento
y están siendo reemplazadas, vía privatizaciones, por
estas compañías internacionales, en el mercado
doméstico. El informe de DANIDA sobre la situación del
sector salud en Egipto señala que el aumento en los
precios farmacéuticos y el costo de la asistencia en el
sector público están obligando a los sectores más
pobres de la sociedad a posponer tratamientos debido a la
falta de fondos.
En la práctica, el despido de
trabajadores significa una pérdida de salario y de
seguro de salud subsidiado. Las mujeres que antes ponían
sus necesidades de salud en segundo lugar respecto a las
de sus hijos, tienen que ponerlas ahora en tercer lugar
después de responder a las necesidades de salud tanto de
sus hijos como de sus esposos. (Reproductive Rights
Research. NWRC)
Para el planificador egipcio de la
salud, los servicios para mujeres están siempre
asociados a los servicios de planificación familiar. El
motivo expreso detrás de esta preocupación no es el dar
poder a las mujeres para decidir sobre sus opciones y
derechos reproductivos, sino tener un control sobre la
tasa de crecimiento poblacional que es la causa más
importante que subyace toda las dificultades económicas
y sociales del país. (Reproductive Rights and SAPS,
Critical Links, NWRC, 1994). Las mujeres son objetivo de
las políticas de salud sólo durante sus años
reproductivos. La preocupación por su salud en años
anteriores o posteriores sigue siendo preocupación sólo
de las ONGs, que recientemente están consiguiendo
despertar interés por el tema.
Citando el informe de DANIDA: La
Reunión del Grupo Consultivo en París en enero de 1994
enumera muchos de los asuntos importantes en el tema de
la salud en Egipto, y remarca la necesidad de proteger la
salud de los pobres. El Banco Mundial sugirió luego que
había que implementar sistemas más dirigidos de
bienestar, sin indicación sobre cómo y cuándo podría
ocurrir esto. Sin embargo, arroja muy poca luz sobre las
formas y medios para encarar la secuencia de reformas en
el sector Salud, o para asegurar que las declaraciones de
políticas sobre la red de seguridad para los pobres se
traduzcan en realidades, antes de que se pongan de
manifiesto las peores consecuencias del ajuste
estructural.
El informe de la reunión consultiva le
asigna a las ONGs los sectores de población con menor
acceso a los servicios de salud. No indica, sin embargo,
cuáles son las ONGs que están en condiciones de
afrontar esa responsabilidad, de dónde provendrán los
fondos para estas actividades, ni siquiera cuáles son
esos grupos ni dónde se encuentran. El informe pone en
tela de juicio a continuación la relevancia de una
estrategia de este tipo dado el control extremo que
ejerce el Ministerio de Asuntos Sociales sobre toda la
actividad de las ONGs, particularmente la recaudación de
fondos.
Esta estrategia pues, les atribuye a
las ONGs el rol de llenar los vacíos creados por los
gobiernos a partir de los PAEs al retirar el apoyo y los
subsidios a servicios básicos para sus ciudadanos. Se
supone que las ONGs harán esto y mantendrán silencio
con respecto a las políticas, es más, se están
haciendo todos los esfuerzos posibles para prohibirles
que se dirijan a los que toman las decisiones y a los
donantes, y que reaccionen en contra de sus planes y
estrategias.
La nueva ley del trabajo, que será
presentada al parlamento en breve, fue redactada a
espaldas de las organizaciones de trabajadores y otras
instituciones de la sociedad civil. En esta ley, se
sacrifican los derechos de los trabajadores al interés
de la "economía de mercado" y el capital. Las
mujeres son blanco específico de esta nueva ley que
actúa para privarlas de sus derechos a la maternidad y
reproductivos para obligarlas a obedecer la política de
población del estado, que exige control de los
nacimientos.
Este proyecto de ley , así como otros
documentos que las ONGs necesitan para acceder a los
proceso de negociación y "lobby" nunca se
hacen públicos, y nuestro acceso a los mismos depende
siempre de conexiones personales. Sin embargo, si bien
las conexiones personales permiten acceso a la
información, el acceso a la planificación, toma de
decisiones y seguimiento queda exclusivamente en el
ámbito de los donantes y el gobierno, que aumenta
constantemente sus restricciones sobre los espacios
asignados a las instituciones de la sociedad civil. Las
relaciones de asociación con ONGs en general, incluyendo
el sector salud, se limitan al ámbito de la provisión
de servicios.
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