El fin del estado benefactor
John Samuel; Gnana Prakasam
Centre for Youth and Social Development (CYSD)
Aunque las estadísticas oficiales apoyan la idea de que el “crecimiento económico conduce necesariamente a la reducción de la pobreza”, una atenta mirada revela una faceta distinta sobre el impacto del ajuste estructural y la liberalización. Tras una década de liberalización, la promesa del “crecimiento económico con justicia” parece aplazarse eternamente.
Una investigación económica del gobierno se jacta de una tasa de
crecimiento anual del 6%-7% desde que se introdujeron las reformas
económicas en 1991/1992. Una investigación del 2000 sobre la pobreza
muestra que la misma descendió del 36,19% en 1993/1994 al 26,10% en
1999/2000.
Sin embargo, existe una creciente desigualdad entre los ricos y los
pobres y la población urbana y rural. Los dalits[2]
y los indígenas son cada vez más marginados. La pobreza en números
totales no ha disminuido, las oportunidades de empleo son menos y cada
vez más personas son obligadas a ingresar al sector informal sin
ninguna protección legislativa o redes de seguridad. Las violaciones
de los derechos humanos contra las comunidades tribales y los dalits
aumentaron. Después de 10 años, la situación plantea serias
interrogantes sobre la capacidad del sistema económico actual para
brindar justicia distributiva y fomentar el cambio social equitativo.
Pobreza
y desigualdad
El porcentaje de la población que vive en la pobreza descendió en
las últimas dos décadas (Cuadro 1), pero debido al crecimiento
demográfico, el número total de personas pobres permaneció más o
menos constante. Casi 265 millones de indios viven por debajo de la línea
de pobreza.
Las líneas de la pobreza rural-urbana, que casi se interceptaron en
1987/1988, se distanciaron sensiblemente durante la década de la
reforma económica. Las disparidades interregionales son alarmantes.
Según datos de la Organización Nacional de Encuestas y Muestreo
(NSSO), la pobreza en Orissa asciende al 47,15%, en Bihar al 42,6%, en
Madhya Pradesh al 37,43%, en Sikkim al 36,55% y en Tripura al 34,44%.
Los programas para reducir la pobreza no alcanzaron a los pobres.
Cuadro 1.
Porcentaje
de población por debajo
de la línea de pobreza |
Años
|
Rural
|
Urbana
|
Toda India
|
1973-74
|
56,4
|
49,0
|
54,9
|
1977-78
|
53,1
|
45,2
|
51,3
|
1983
|
45,7
|
40,8
|
44,5
|
1987-88
|
39,1
|
38,2
|
38,9
|
1993-94
|
37,3
|
32,4
|
36,0
|
1999-2000
|
27,1
|
23,6
|
26,1
|
Fuente: Investigación
Económica 2000-2001
|
El azote
de la marginación
Poderosos intereses privan a la población indígena de sus derechos
consuetudinarios sobre los recursos naturales (tierras, bosques,
minerales y agua). El resultado es la creciente enajenación de la
tierra, la migración y el desplazamiento de la tierra y los bosques.
Entre 1951 y 1990 las represas, las minas, las industrias y los
santuarios de fauna y flora desplazaron a 21,3 millones de personas.
Aproximadamente el 40% (8,5 millones) de la población desplazada es
indígena, y el 75% de los indígenas desplazados no han sido
reasentados. Los indígenas también son víctimas de un proceso de
homogenización cultural dirigido por el nacionalismo hindú. El
pluralismo cultural, un hito de la Constitución, está bajo amenaza y
la violencia contra los indígenas va en aumento. La Enmienda a la Ley
de Adquisición de la Tierra, de 1984, tenía muchas fallas, y el
Proyecto de Ley de Adquisición de la Tierra, Rehabilitación y
Reasentamiento, del 2000, marginará aun más a las comunidades
tribales.
El sistema imperante de castas jerárquicas en India privó a los dalits
de participar en los beneficios del desarrollo. La discriminación
basada en la casta y el origen, la calidad de intocables, la explotación
y la inmovilidad ocupacional han contribuido con la marginación de
los dalits en India. Siempre
que los dalits comienzan a
organizarse, a reconstruir su identidad, a afirmar sus derechos, a
reclamar la propiedad de la tierra y a luchar por mayores salarios,
hay un brote de violencia en su contra.
Hambre y
anemia
Los depósitos de cereales de
India desbordan con 300 millones de toneladas de alimentos, pero más
del 25% de la población no recibe comida suficiente. El 40% de los niños
están desnutridos y más de la mitad de las mujeres son anémicas. La
pobreza y el hambre coexisten con el exceso de cereales.
El Sistema Público de Distribución (PDS) excluye a grandes sectores
de la población pobre y vulnerable y distribuye cantidades
insuficientes de alimentos. Se produjo un desplazamiento del PDS
universal al PDS Dirigido (TPDS). El TPDS clasifica a la población
como pobre, o sea por debajo de la línea de pobreza, y no pobre, o
sea por encima de la línea de pobreza. Con esta división surgió un
sistema dual de precios, con un precio subsidiado para los pobres y un
precio próximo al del mercado para los no pobres. Cuando el gobierno
subió el precio del arroz y del trigo, las familias pobres tuvieron
que pagar un 68% más por los cereales, y las familias no pobres
pagaron un 25% más. Cuando los costos aumentan, los precios para los
pobres aumentan automáticamente. En los hechos, el incremento en los
precios significa que muchos pobres son excluidos del PDS. Muchos no
pobres prefieren comprar en el mercado dado que la diferencia en el
precio es pequeña.
La mayor parte del PDS se destina al medio urbano. Por ejemplo, Delhi,
con el 1% de la población y el mayor ingreso per cápita, recibe el
5% de los cereales distribuidos por el PDS en el país. En Uttar
Pradesh, Bihar y Orissa, donde vive gran parte de la población pobre
rural, el PDS se destina a las familias más ricas. Estas diferencias
entre medio rural y urbano y entre las regiones agravan la ineficacia
del funcionamiento del PDS. El PDS, cuyo objetivo era garantizar la
seguridad alimentaria, parece haber perdido su rumbo.
El gobierno considera al PDS como una medida para reducir la pobreza,
no como un derecho básico. Recurre a la excusa de su creciente carga
financiera para reducir el PDS. Pero este subsidio alimentario sólo
representa el 0,4% del PBI y la cifra no ha cambiado en las últimas décadas.
Según la última investigación económica, 150 millones de hectáreas
de las tierras de India son socavadas por la erosión del agua y el
viento. La cantidad de tierras fértiles disminuye y la inversión en
la agricultura desciende. El medio de sustento de 1,6 millones de
agricultores corre peligro por la inminente apertura del mercado avícola.
Las estrategias de reducción de la pobreza en India no pueden
prosperar sin un sector agrícola sólido. Las reformas económicas
debilitaron el sector, en lugar de fortalecerlo.
La relación entre hombres y mujeres sigue siendo negativa, con 933
mujeres cada 1.000 hombres. Las mujeres ocupan sólo el 8,9% de las
bancas parlamentarias. Durante los años de la reforma, las instancias
de violencia contra las mujeres aumentaron sustancialmente.
Casi el 91% del empleo se encuentra en el sector informal. La tasa de
crecimiento del empleo en el sector formal descendió en forma
constante. El trabajo infantil es generalizado. El subempleo y la
feminización de la población trabajadora son consecuencias
importantes de las reformas económicas.
Las cifras provisorias del Censo 2001 indican que la alfabetización
aumentó al 65,38%, pero poco más del 24% de los hombres y del 45% de
las mujeres son analfabetos. El gasto del gobierno destinado a la
educación, que representaba el 2,75% del PBI en 1998/1999, descendió
o se mantuvo igual.
El acceso a la atención médica básica, especialmente en el medio
rural, sigue fuera del alcance de la gran mayoría. El gasto de los
gobiernos central y estatales destinado a la salud, del 1,11% del PBI
en 1998/1999, descendió en la última década.
Inversión
en el sector social
El gasto real en el sector social como porcentaje del PBI descendió
en los últimos cinco años (Cuadro 2). No hubo incremento en la
inversión per cápita del sector social.
Cuadro 2.
Gasto
del gobierno central en servicios sociales
|
Años
|
Presupuesto como %
estimado del PBI
|
Estimativo revisado como
% del PBI
|
Diferencia
(Rupias en decenas de millones)
|
1996-97
|
1,20
|
1,07
|
1.707
|
1997-98
|
1,21
|
1,08
|
1.948
|
1998-99
|
1,18
|
1,09
|
1.601
|
1999-00
|
1,10
|
1,05
|
804
|
2000-01
|
1,08
|
---
|
---
|
Fuente: Investigación
Económica 2000-2001
|
Desde el comienzo de las reformas económicas, el gobierno habló de
las redes de seguridad social para los pobres. Se planificó un Fondo
de Renovación Nacional con importantes partidas presupuestales para
brindar protección social a los pobres y a aquellos adversamente
afectados por el proceso de liberalización. En la práctica, el
gobierno hizo poco para fortalecer las medidas de protección social.
Se produjeron renovados esfuerzos para reducir las partidas
presupuestales del sector social en aras de reducir el déficit
fiscal.
Conclusión
El año 2001 concluye la primera década de las reformas económicas.
El proceso de reformas facilitó la emergencia de una nueva clase
media que se apropió de los frutos del crecimiento económico a costa
de los pobres y de la clase media inferior. Una brecha se ha producido
en la clase media, ya que un gran sector de la clase media urbana, sin
el suficiente peso tecnológico o poder de negociación, está cada
vez más expuesto al desempleo y al subempleo.
La inseguridad económica de esta clase parece contribuir a la
creciente paranoia social y la emergencia de una política
reaccionaria en el país. El creciente fundamentalismo y la tensión
social están claramente vinculados con la mayor desigualdad y
marginación de un gran sector de la población urbana en el mercado
liberalizado. El resultado ha sido la creciente violación de los
derechos humanos, la corrupción y otras actividades delictivas, la
intolerancia social y religiosa, e instancias de violencia colectiva.
Después de una década, la liberalización traicionó las promesas de
reducir la pobreza y lograr el desarrollo social, y sólo creó la
ilusión del desarrollo. El gobierno, en lugar de fomentar y
garantizar los derechos humanos, la justicia social y el bienestar del
pueblo, renunció a sus responsabilidades. Los 10 años de reformas
facilitaron la paulatina desaparición del estado benefactor y dejó a
la gran mayoría sin poder social o económico. El desarrollo social
sustentable sigue siendo un sueño para la mayoría de los indios.
Distribución
alimentaria en Rajastán1
Varias medidas políticas adoptadas durante el período de reformas
atentaron contra los objetivos del Sistema Público de Distribución
(PDS) de “brindar seguridad alimentaria a la población pobre” y
de “actuar como freno contra el aumento de los precios del
mercado”. La aplicación del PDS Dirigido sólo redujo aun más el
acceso de la población pobre a los cereales básicos.
De nueve distritos de la
muestra, las familias de cuatro distritos no recibieron trigo de las
tiendas del PDS. Las partidas de azúcar y queroseno destinadas a cada
familia disminuyeron durante los últimos dos años del estudio.
Mientras el gobierno hace todo lo posible por limitar el alcance del
PDS, las familias pobres de la zona de muestreo deseaban adquirir más
artículos al sistema. Los datos recabados por el estudio sugieren que
el PDS Dirigido tiende a impedir que las familias pobres reciban el
trigo a menor precio.
El PDS Dirigido es el hijo de un matrimonio forzado entre la idea de
que la reducción de los subsidios es la panacea de los males económicos
y las lágrimas de cocodrilo derramadas a favor de los pobres
abandonados. En realidad, no es nada más que un ardid para engañar a
los pobres y camuflar los intereses ocultos de aquellos que desean
engordarse a costa del hambre de la población. El gobierno tiene casi
tres veces más de los cereales necesarios para contar con una reserva
en caso de necesidad, pero incluso zonas perjudicadas por la sequía,
como Gujarat, Rajastán, Madhya Pradesh y Orrisa, tuvieron que esperar
por ayuda.
En el año en que seis estados fueron afectados por la sequía, el
gobierno duplicó el precio de los cereales vendido por el TPDS a las
familias pobres. (“¡Bravo!”, escribió un diario económico en
respuesta a la medida del gobierno). El gobierno acaparó una reserva
de cereales mayor que nunca, y como todas las demás conquistas
gubernamentales, el costo fue pagado por millones de personas pobres y
hambrientas. ¡Viva la liberalización!
1 Informe de Astha Sansthan basado en el estudio del
impacto de la nueva política económica sobre los pobres en Rajastán
2000: 152-53. |
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