Con sede en Basilea, Suiza, el BIS es mayormente ignorado por el gran público, a pesar de haber sido la primera organización financiera internacional, creada en 1930, y ser actualmente un pilar fundamental de la arquitectura financiera internacional. Como banco, el BIS solo proporciona servicios a sus miembros, los bancos centrales de 55 países desarrollados y de ingresos medios. Como "foro" informal es clave para acordar normas bancarias, que se elaboran a través del Comité de Basilea de Supervisión Bancaria y del Foro de Estabilidad Financiera (FSF, por su sigla en inglés). La Cumbre del G20 elevó de categoría al FSF a una Junta de Estabilidad Financiera (FSB, por su sigla en inglés), amplió su membresía a todos los países del G20 y le encargó el monitoreo de la estabilidad financiera mundial y la promoción de una reforma a mediano plazo.
Algunos críticos temen que esta tarea viole la soberanía nacional, mientras que otros sostienen que el FSB carece de poder para lograr algo. En el pasado reciente, el BIS y sus Comités de Basilea han sido responsables de redactar las normas y códigos financiero-monetarios que fracasaran rotundamente en garantizar la estabilidad financiera.