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SOBRE LA METODOLOGÍA Para el presente número, se construyeron cuatro conjuntos de cuadros a partir de los cuales se realiza el seguimiento de indicadores sobre los compromisos asumidos por los gobiernos en la Cumbre Mundial sobre Desarrollo Social, de Copenhague, y la IV Conferencia Mundial sobre la Mujer, de Beijing. Esta sección se estructura en cinco apartados. En el primero, se indican las fuentes de datos utilizadas y la metodología general empleada. En el segundo, se comentan globalmente los cuadros referidos a los compromisos asumidos, precisando algunas particularidades de la metodología aplicada e informando sobre los cambios que se introducen este año en la presentación de las tablas. El tercero refiere a los cuadros sobre Cambios en la Situación de la Mujer y Cambios en Gastos Sociales y Defensa. En el cuarto apartado, se explican y comentan los cronómetros elaborados en esta ocasión. Finalmente, en el quinto, se detallan los procedimientos seguidos para la elaboración de la Tabla de los Compromisos Cumplidos y el tratamiento de las dimensiones que lo componen. FUENTES Y METODOLOGÍA GENERAL La presente edición, además de preservar los enriquecimientos que en el año anterior habíamos incorporado a partir de los aportes, sugerencias y acuerdos emanados de un taller sobre el uso de indicadores en el seguimiento de los compromisos de desarrollo social1, introduce ahora, como novedad, cambios en la presentación de las tablas que pensamos facilitan a nuestros lectores la lectura de las mismas. Aunque las dificultades, que desde un inicio hemos encontrado, para la obtención y el manejo de los datos persisten2, hemos mantenido los criterios ya adoptados. Así, continuamos utilizando la fuente más reciente proporcionada por cualquiera de los organismos internacionales más reconocidos; asumimos como confiables los datos por ellas ofrecidos, mas allá de cambios que parecieran sorprendentes y que podían merecer distintas interpretaciones u obedecer a diversas causas. Como antes, hemos seguido las siguientes reglas: Respecto a las fuentes:
Respecto al manejo de los datos para el cálculo de nuestros índices de avance:
Como hemos advertido en los números anteriores, cualquier índice de avance, del tipo de los aquí utilizados, supone la adopción de un recorrido normativo, que oficia como el «deber ser», con respecto al cual se valora el avance registrado. Hacíamos notar entonces que cada uno de los indicadores específicos puede seguir, sin embargo, evoluciones diferentes. Admitíamos que estas evoluciones de referencia debían ser provistas o bien por entidades especializadas o, en su defecto, inferidas a partir de algún estudio previo (por ejemplo, un análisis de series temporales). Reconocíamos, en consecuencia, que si bien lo deseable era ofrecer tal tratamiento exhaustivo y riguroso, nos encontrábamos, sin embargo, con que para la mayor parte de los indicadores asociados a los compromisos no se disponía de tales previsiones. Y más aún, al carecer en muchos casos del número de observaciones requeridas para la construcción de modelos evolutivos más precisos, nuestra opción, irremediablemente, fue optar por una manera sencilla y comprensible de evaluar los avances hacia el logro de las metas. Debemos enfatizar entonces, que elegimos «imponer» a los indicadores un modelo evolutivo de referencia sencillo, uniforme y que fuese lo menos exigente posible al hacer valoraciones de cambios en el tiempo, o al realizar comparaciones de esas evoluciones entre países. Bajo tales condiciones, como siempre hemos dicho, los juicios derivados de la metodología aquí adoptada no pretenden ser, ni pueden ser, interpretados como una valoración exhaustiva o categórica. Son más bien una aproximación o guía indicativa. En definitiva, nuestro índice de avance califica el valor observado de la variable como «adelantado», «a tiempo» o «rezagado», con relación al valor esperado de la misma según la opción evolutiva adoptada. Para el seguimiento de los compromisos, se mantuvo entonces ese procedimiento de base que nos provee un índice de cumplimiento que refleja el grado en que los países han avanzado hacia el logro de la meta propuesta. La novedad, este año, consiste en que en lugar de publicar en las tablas una columna con nuestro índice de avance, hemos reescalado el mismo por tramos (convirtiendo los índices a una escala de referencia de 1 a 5) y representándolo en las tablas, en una columna titulada «Avances y Retrocesos». Atentos a nuestra preocupación por simplificar la lectura y eliminar la falsa precisión sugerida por un índice de avance numérico, un conjunto de íconos recogen esa transformación. El reescalamiento se completó al traducir esos valores numéricos en categorías que, según el índice de avance, sugerían:
Adicionalmente, y en los casos que correspondía, hemos informado mediante iconos en la columna «Avances y Retrocesos» sobre los países que tenían la meta alcanzada desde 1990, discriminándolos en tres subgrupos: meta alcanzada en 1990, países con meta cumplida en 1990 que avanzan, países con meta alcanzada en 1990 pero que experimentan retrocesos. Mantuvimos también el criterio de anotar en las tablas el valor que los indicadores deberían tener en 1998, o «valor recomendado», para que cuando exista información más reciente en los propios países sea factible que, bajo los supuestos metodológicos asumidos, los interesados en el seguimiento de ese indicador puedan hacer su propio cotejo y evaluar si se avanza a un ritmo que permita alcanzar la meta en el año 2000. Respecto a «El diamante de la equidad»: Los informes nacionales se acompañan por una figura que recoge la situación respecto a cuatro indicadores: mortalidad de menores de cinco años, alfabetismo, Índice de Gini y el Índice de Desarrollo relativo al Género (IDG) del PNUD. La figura permite comparar un rombo o diamante construido a partir de los respectivos datos promedio de los países de la región (o del grupo económico al que él pertenece) con otra figura armada con los indicadores del país en cuestión. En cada eje, si el valor del país está más lejos del centro que el valor de la región o grupo, ello indica una situación mejor que el promedio de los países vecinos (o pertenecientes al mismo grupo económico). Si está más cerca, indica lo contrario. Cuanto más grande es el diamante propio, mejor será la situación medida por estos cuatro indicadores. LOS COMPROMISOS Y SU SEGUIMIENTO Se presentan en este informe dieciséis cuadros que ilustran sobre la evolución de los países respecto a los compromisos que asumieron los gobiernos en la CMDS y la CMM. Los compromisos escogidos por Control Ciudadano como los de mayor relevancia entre aquéllos que pueden medirse cuantitativamente, son trece. Tampoco esta vez ha sido posible realizar un seguimiento del decimotercero –«mejorar la disponibilidad de viviendas económicas y adecuadas para todos, de conformidad con la Estrategia Mundial de Viviendas para el año 2000»–, pues nuevamente no se dispuso de indicadores adecuados para un número suficiente de países Para los otros doce, se han elegido uno o más indicadores que ilustran sobre el compromiso. La pertinencia del indicador escogido varía en cada caso. Entre aquéllos que más se ajustan a las dimensiones que se quiere medir, se optó por escoger los que se encuentran disponibles para un número suficiente de países3. Se actualizó una tabla para cada compromiso, donde se presenta el valor que asume el o los indicadores correspondientes en el año 1990 (o el más próximo posible, en el caso de no disponer de información para esa fecha), el valor en el último año disponible, el valor que debería tener en el año 1998 para alcanzar la meta, y la meta a la que debe llegar en el año 2000. Para los compromisos que refieren a metas posteriores al año 2000, se optó por conformar la serie de los valores debidos para ese lapso y asumir como meta 2000 el valor generado, de forma de ajustar todos los recorridos a una década. En los casos de compromisos con metas no asociadas a cifras concretas, se optó por tomar las de otras cumbres si las hubiera.4 En el caso de referirse al logro de accesos universales, se asumió como meta el acceso del 100% de la población referida. CAMBIOS EN LA SITUACIÓN DE LA MUJER Y EN LOS GASTOS SOCIALES Y DE DEFENSA Se presentan dos tablas referidas a los cambios entre 1990 y 1995–96 en la Situación de la Mujer y en el Gasto Social y de Defensa. La primera tabla se conformó a partir de tres indicadores: esperanza de vida femenina, analfabetismo femenino y matrícula neta en primaria de niñas. La segunda, se construyó a partir de los gastos en salud, educación y defensa como porcentajes del Producto Bruto Interno (PBI). En el caso de la tabla sobre la Situación de la Mujer, el tratamiento de los indicadores fue el mismo que el aplicado en las tablas de los compromisos, pero a partir de datos de género. Se presentan tres columnas cuyo significado es análogo al de las de «Avances y Retrocesos» de las tablas de los compromisos 2, 11 y 1b, pero en lugar de aquellos iconos se optó por presentar las categorías reescaladas mediante colores. En la tabla de Cambios en el Gasto Social y de Defensa, se optó por calificar los cambios observados a partir de los comportamientos medios del grupo de países en cada uno de los tres indicadores. De modo que las calificaciones que allí aparecen son:
EL TIEMPO ES VIDA Como es ya tradición en nuestros informes, presentamos el cronómetro de avance hacia el cumplimiento de los compromisos. En esta ocasión, hemos optado por presentar tres cronómetros que corresponden a alfabetismo adulto, reducción de la mortalidad en menores de cinco años y matrícula neta en primaria de niñas. Las metas correspondientes son: reducción de la tasa de analfabetismo adulto a la mitad de 1990; reducir la tasa de mortalidad de menores de cinco años en un tercio del nivel de 1990 o a 70 por cada mil nacidos vivos si esta cifra es menor; proveer el acceso universal a la enseñanza básica de los niños en edad escolar. En este último caso, se asume como meta alcanzar el 100% de matrícula neta primaria de niñas. El procedimiento aplicado es el mismo de años anteriores: se calculan los índices de avance y éstos se transforman en años según el progreso reflejado para el tramo de 1990 al 2000. En las gráficas de los mismos, los países ubicados en 1995 para los cronómetros de alfabetismo y matrícula primaria neta de niñas son los que están en tiempo de logro, y de continuar así alcanzarán la meta en la fecha comprometida. Calificación análoga corresponde a los ubicados en 1996 en el cronómetro de mortalidad de menores de cinco años. Los que se han desempeñado mejor o se adelantan en el cumplimiento del ritmo de reducción, son aquéllos posicionados entre 1996 y 2000, en el caso de los dos primeros cronómetros, y entre 1997 y 2000 en el del tercero. Los que han avanzado pero no al ritmo esperado, y que necesitarán esfuerzos adicionales para alcanzar esas metas al cierre del milenio, son los ubicados entre 1991 y 1994 en los dos primeros cronómetros y entre 1991 y 1994 en el tercero. Aquellos países que mantienen a la fecha del último dato disponible la misma tasa que en 1990, aparecen posicionados en ésta última, pues no han registrado avances. Los países que aparecen agrupados en fechas anteriores a 1990 son los que experimentan retrocesos. Por último, aquéllos anclados en el 2000 o a la derecha del mismo, son los que han cumplido la meta anticipadamente o ya la tenían cumplida en 1990. LA TABLA DE LOS COMPROMISOS CUMPLIDOS Para el presente número, se publica nuevamente la tabla indicativa del progreso hacia las metas aunque en esta ocasión, se extiende su dimensión de Voluntad Política. Ésta, que antes sólo incluía un indicador referido a la Ayuda Oficial al Desarrollo (AOD), hoy agrega otros dos indicadores: la Reducción del Gasto Militar y los Planes contra la Pobreza. Hubiéramos deseado incluir también indicadores cuantitativos sobre pobreza y desigualdad, pero la escasez de información disponible para períodos recientes que proporcionan los organismos internacionales, nos lo impide. Para construir la Tabla de los Compromisos Cumplidos seguimos los siguientes pasos:
«Avanza a buen ritmo o alcanzó la meta» se aplica a aquellos países que tenían la meta en 1990, a los que la alcanzaron posteriormente, y a aquéllos que de seguir a ese ritmo la alcanzarían a tiempo o anticipadamente. «Avanza pero no lo suficiente» se aplica a aquéllos cuyo índice es positivo pero, sin embargo, menor al que implicaría que lo hacen a tiempo. «Estancado» se aplica a los países que no experimentan cambios en el indicador (o con cambios cuantitativamente insignificantes). «Retroceso», por su parte, corresponde a los que caen en el índice hasta el valor negativo equivalente, en valor absoluto, al valor al que debían haber avanzado. Los que retrocedieron más aún, corresponden a la categoría «Retroceso significativo». Los países que presentaban datos en las tablas de compromisos para menos de cuatro de los indicadores antes mencionados fueron excluidos de esta tabla.
Así, obtuvimos el ordenamiento que presentamos en la Tabla de los Compromisos Cumplidos, que según el progreso global de los indicadores seleccionados subdividimos en tres grupos y calificamos como países en los que: el ritmo promedio de avance permite alcanzar las metas en el 2000; el ritmo promedio de avance no alcanza para llegar a las metas a tiempo; su situación es peor que en 1990. Notas 1 Taller organizado
por el Instituto del Tercer Mundo y realizado en Montevideo en el mes
de agosto de 1997, con la participación de especialistas de Naciones
Unidas, UNICEF, NOVIB y el equipo de ciencias sociales que trabaja con
el Secretariado de Control Ciudadano. Adicionalmente, se adoptaron entonces
otras modificaciones debidas a sugerencias posteriores enviadas por
el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo. Como entonces advertíamos,
«la responsabilidad final por las opiniones, decisiones y posibles errores
es, no obstante, del Secretariado de Control Ciudadano y no de los participantes
o sus instituciones».
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